Pepe Verón: "El cambio cultural"

Zaragoza

Nuestra capacidad tecnológica y científica es capaz de superar muchos de los retos de la humanidad. Sabemos y podemos evitar la emisión de CO2 y frenar la crisis climática, y también, el avance de la Covid-19. Lo mismo sucede con otras enfermedades mortales o los accidentes de tráfico, pero la triste realidad es que no queremos hacerlo, o peor, no nos importa.

No hablo de usted o de mí, sino de nuestro comportamiento como sociedad. Es decir, pensemos en lo que colectivamente hacemos y no lo que decimos, que es como se conoce a alguien. Un problema es que vivimos con la falsa ilusión de que la tecnología nos salvará. Ponga aquí lo que quiera: salvarnos de la catástrofe climática, de tal enfermedad, de un accidente, de lo que sea. Pero la tecnología por si sola es insuficiente. La transformación necesita, además, de un cambio cultural. Sin embargo, es un aspecto al que apenas se dedican recursos, pues queda fuera de líneas de financiación e investigación, y en el que apenas invierten las administraciones. Si a la falta de atención de las instituciones añadimos que todo cambio cultural es un proceso largo y frente al que surgen fuertes movimientos reaccionarios. Aquí tienen una de las razones por las que los últimos años florecen movimientos antivacunas, negacionistas climáticos o terraplanistas, entre otros. Y es que invertir recursos en repensar nuestros hábitos y usos de vida, por sutil o volátil que parezca, es algo de lo más rentable.