De la construcción a cuidador de enfermos de COVID: "Muchos pacientes te dan ganas de vivir, son especiales"

Asturias

La pandemia ha dejado infinidad de historias donde, salvo en contadas ocasiones, ha quedado patente la generosidad de una sociedad que quiere pasar página y recordar el virus como un mal sueño que acabó pasando. Celso González tiene 42 años y, después de media vida, decidió enfundarse el uniforme sanitario para luchar contra el COVID-19. Su mundo laboral no tenía nada que ver con la sanidad, aunque siempre lo tuvo en su cabeza.

"Estuve en la construcción cerca de diez años demoliendo casas, pero tuve un accidente en 2010 y ahí empecé a intentar moverme para entrar a hacer el curso de auxiliar de Enfermería. Tanto insistí que al final lo conseguí y no me arrepiento", ha explicado en SER Gijón. En Ciaño, lugar en el que vive, recibió la formación. "Fue un acierto, siempre me gustó el trato con las personas mayores", ha añadido.

Celso se pasó el mes de noviembre y diciembre en el Credine de Langreo, un centro habilitado para enfermos de COVID-19. Era el peor momento de la pandemia razon los 100 infectados. La experiencia le ha marcado. "Hubo muchos pacientes que te dan ganas de vivir, incluso te animan. No los conoces, pero con el tiempo les acabas cogiendo un cariño especial. Ellos están enfermos y, aunque no saben por qué están ingresados, sí veías que colaboraban para recuperarse pronto. En el momento que se van, te pones contento", ha recordado.

Echando la vista atrás, también ha reconocido que "al principio estás nervioso porque es algo diferente: te explican los equipos de protección, saber que vas a estar siempre con gente contagiada, encontrarte con enfermos con más complicaciones... Hay días que eran duros y otros más tranquilos. Lleva tiempo y te da que pensar". El asturiano tiene claro que lo suyo es la sanidad y ayudar a los demás. "Si ahora mismo me llamaran de Madrid iba de cabeza", ha apuntado con una sonrisa. "En el momento que comienzas a tener trato con la gente lo vives de una manera diferente. Me gusta, y con buenos compañeros, siempre merece la pena", ha añadido.

En cuanto al futuro, ha pedido un poco de conciencia a la gente "por los que no están aquí, por los que están en el hospital y por la gente que trabaja para solucionar esto". Celso tiene claro que "si queremos fiestas o que todo vuelva a ser normal, tenemos que tener un poco de paciencia y poner de nuestra parte".