Yo, como Santo Tomás

Asturias

Después de veinte años de obras, seguimos sin AVE, como seguimos sin que se acabe el soterramiento de Langreo. Se construyó la autovía Minera sin enlaces, como la ronda de Gijón o la ZALIA, en unos alardes de ingeniería que nos dejan atónitos. Se horadó el corazón de Gijón para hacer el metrotrén y ahí sigue decenas de años después el túnel, abandonado y con achiques de agua y achaques en su estructura. Se construyó la estación provisional para hacer una intermodal, se tiraron estaciones se preparó un gran solar que nos iban a quitar de las manos y a sufragar todos los costes y ahí está, el solarón, un parque en el centro de Gijón. Se dibujó la Isla de la Innovación de Avilés, que aquello parecía Dubai y la entrada de Oviedo, convertida en un gran Bulervar de Santullano era impresionante, hasta con un lago artificial. Lo malo es cuando hay que dar el salto del boceto, al plano, y del plano a la obra. Y hace apenas unas horas, cuando la tomadura de pelo de la estación de Gijón aún nos mantiene perplejos, lanzan el proyecto de construcción de un falso túnel de dos kilómetros que costará solo 163 millones de euros y supondrá el gran enlace del Puerto de El Musel con la autovía. Sí, porque aunque no lo crean, el superpuerto asturiano se hizo sin enlace a la autopista. Qué quieren que les diga, que ojalá, pero yo, como Santo Tomás, tengo que verlo con mis propios ojos construido para creérmelo. Estoy cansado de infografías, planos, debates absurdos, luchas políticas, plataformas ciudadanas a favor y en contra...A veces pienso que están convencidos de que los ciudadanos grises y normales, entre los que me incluyo, somos tontos y no nos enteramos de nada. Tal vez, pero uno comienza a estar harto de ir a comulgar siempre con ruedas de molino.