Que se vacunen los demás
La esencia de la vacunación es "hazte a ti lo mismo que querrías que se hicieran los demás"

"La línea roja" de Matías Vallés (10/03/21)
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Palma
Desgraciadamente no es noticia que la vacunación en Balears dista de alcanzar el ritmo adecuado.
Si les sirve de consuelo, tampoco la inmunización artificial se produce a la velocidad deseable en Alemania, la capital mundial de la eficiencia.
Y ahí está el problema, en que no debería servirnos de consuelo la falta de aplicación en otras geografías.
Una de las excusas más peregrinas que se esgrime para justificar la vacunación a paso de tortuga es que inmunizarse aquí no sirve de nada, si los de allí no se someten al mismo protocolo.
Es decir, la versión moderna del “que inventen ellos” de Unamuno es “que se vacunen ellos”.
Y después ya veremos.
Sin embargo, sabemos por experiencia que alegar que los otros tampoco estudian no solía servir de descargo frente a nuestros profesores y progenitores.
Los otros tampoco pagan impuestos no es un argumento aceptable por la ética, y mucho menos por Hacienda.
La esencia de la vacunación es “hazte a ti lo mismo que querrías que se hicieran los demás”.
Sobre todo, cuando te estás jugando que los demás vengan a verte. Pagando, claro.




