El feminismo de la clase política canaria
La opinión de Marta Cantero
Las Palmas de Gran Canaria
El feminismo está poniendo contra las cuerdas a la clase política canaria.
Noemí Santana despachó sin miramientos la apelación de otra diputada, Vidina Espino, a sus dificultades para conciliar: "Aquí somos muchas madres y muchos padres", justificó, como si ellos conciliaran de la misma manera que ellas. Le perdieron las formas y el fondo.
El mismísimo 8M, Ángel Víctor Torres resolvió un problema interno de su partido desplazando de un cargo público a una mujer, Almudena Estévez, para colocar en su Viceconsejería de Economía a Blas Acosta. Le perdieron también las formas y el fondo.
Y esta mañana el consejero del Cabildo Tenerife, Enrique Arriaga, se descolgó con una rueda de prensa de lo más curiosa, denunciando una campaña de acoso después de sus descalificaciones a otras dirigentes políticas por el hecho de ser mujeres.
Hay un denominador común a todos estos acontecimientos. Y es que una cosa es ondear la bandera feminista; y otra, muy distinta, practicar la igualdad.