Una pesadilla política
Comentario inicial de David Perdomo, en 'Hoy por Hoy Las Palmas'.

Las Palmas de Gran Canaria
No sé si lo notan pero el coronavirus ya es historia. No hay contagios, ni muertos, ni hospitales saturados... Los turistas en los aeropuertos vuelven a correr con sus maletas y sonríen al salir de la terminal al descubrir Canarias. El desempleo, por supuesto, ha caído a niveles históricos. La pobreza ha desaparecido milagrosamente y ya no hay listas de espera en Sanidad, ni en Dependencia, ni estamos a la cola en los Informes PISA de Educación. El chocolote ya no engorda y hasta la Unión Deportiva Las Palmas gana todos los partidos y está a un pasito de ser el campeón en la Champions League. El sol brilla como nunca, vivimos en una sociedad tan perfecta que a uno le da ganas de, simplemente, ver pasar el tiempo y disfrutar.
Qué bonito es soñar despierto, como lo haría un político. No estaba intentando colarles noticias falsas, ni mucho menos. Era una simple fantasía, una ensoñación, lógica, por otra parte, tras escuchar perplejo a la clase política de este país. A muchos dirigentes que parece que también viven en un sueño o, al menos, en una realidad paralela que es inalcanzable para la mayoría de ciudadanos. Una realidad en la que no debe haber pandemia, ni colas del hambre, ni ningún problema social. Si no, no se entiende cómo son capaces de entrar en guerras políticas, mociones de censuras, elecciones anticipadas y tensiones institucionales con la que está cayendo en la realidad en la que vivimos despiertos la mayoría de españoles.
Justo lo hacen cuando se va a cumplir un año de la pesadilla en la que se ha vuelto el día a día para muchos, justo en el aniversario donde nos prometimos ser mejores y unirnos ante las adversidades. Quizás muchos ciudadanos, y por qué no algunos políticos también, lo han intentado y conseguido. Pero lamentablemente, la mayoría de los que dirigen este país y sus comunidades nos han vuelto a demostrar que sus intereses partidistas están por encima de todo y de todos.
Parece que algunos políticos siguen soñando con que nada ha cambiado, que el país sigue siendo el mismo que a principios de marzo de 2020. Que podemos perder el tiempo en sus juegos, sus estrategias y estupideces. Pero no, no tenemos tiempo ni recursos para esos juegos políticos. Necesitamos que sean responsables, que estén a la altura de las circunstancias. Pero por ahora sólo son un monstruo más de esta pesadilla de la que parece que no nos despertamos.




