La firma de Ángel Martínez: "A ver si llega la primavera"

Aranda de Duero

No me gusta nada lo que he visto en Murcia y Madrid estos días. Cómo son posibles estas conductas, estas actuaciones,… Y se mezcla todo: intereses particulares, rupturas ideológicas, incoherencias, insultos, corrupciones, falta de sinceridad, liderazgos descabezados, amistades rotas, traiciones, mensajes justificadores,… y nadie, nadie, imparcial que ponga una nota de sensatez, de equilibrio o de denuncia firme ante este tipo de comportamientos que adulteran, una vez más, los estilos políticos o de partido.

Pero no me importarían nada estos sucesos, si los ciudadanos transcendiéramos y viéramos esta película sin identificarnos con ellos. Lo grave es que se nos está incrustando en el cerebro y como si se tratara de una alergia de piel, nos estamos llenando de granos y eccemas de odio, cabreos, desprecios, violencia. Sólo tenemos que acercarnos a las conversaciones de acera, de tienda o supermercado para percibir ese ambiente de desánimo, de falta de ilusión y en muchos casos de desesperación.

Y se traslada al barrio, a las comunidades de vecinos, a los bares,… y me da tristeza por no decir impotencia, incapacidad, falta de fuerzas para decir “basta, no sigamos por aquí”, superemos esas imágenes de nuestros políticos y elevemos nuestros valores, nuestras aspiraciones, anhelos, deseos hacia un firmamento de encuentro en las diferencias, de coherencia social, de acuerdos, de búsqueda del bien común, de fraternidad, de juntar las manos para que con esfuerzo saquemos esto adelante.

Somos muchos los que apostamos por otra manera de mirar la vida, sin tantos egoísmos como hemos visto en Murcia y Madrid.

Ánimo, que llega la primavera.