¿Balcón para todo?

Valencia

Curiosa la forma con la que la concejalía de Cultura Festiva está tratando de mantener viva la llama de las Fallas. Y no, no me refiero a la llama apagada del pebetero que de ser en origen una gran idea, ha acabado convirtiéndose en un ridículo espantoso. Me refiero a esa colada improvisada que colgó durante horas el Ayuntamiento en su balcón.

La cosa sería para tomárselo a coña si no fuera porque detrás del hecho hay algo preocupante: que el gobierno municipal no se para a pensar qué se cuelgue del balcón del Consistorio. Da la sensación de que hay carta blanca y no debe ser así. Ese balcón tiene el suficiente valor como para estudiar bien cómo se usa, qué es lo que se cuelga de él. Lo más conveniente sería un reglamento, un protocolo que defina qué cosas se pueden colgar y cuáles no, dimensiones de la pancarta, y cuestiones como quién puede proponerlo y, sobre todo, quién tiene la última palabra.