Argumentos para los antivacunas

Valencia

La decisión política de paralizar la vacunación con AstraZeneca no ha podido ser más negativa. Y reitero lo de decisión política, porque no es una cuestión menor teniendo en cuenta que la vacuna estaba avalada previamente por las autoridades sanitarias.

La suspensión temporal decretada por el Ministerio de Sanidad llegó de manera inoportuna para el Gobierno valenciano. La mala suerte quiso que le pillase en pleno inicio de la primera vacunación masiva, en este caso, la del personal de los centros educativos. Vaya imagen la de esas colas de personas sorprendidas enterándose en tiempo real del anuncio de la paralización. Cuánto daño y cuánto argumento para los antivacunas. Por cierto, poca culpa tienen el conseller de Educación y la consellera de Sanidad en este despropósito, aunque el PP ya haya pedido dimisiones.

Y no nos equivoquemos. Al margen del nuevo retraso en el proceso de vacunación -y no estamos para retrasos precisamente-, el mensaje que se lanza es nefasto. ¿Cómo no se va a generar alarma social? Habrá quien piense que algo de peligro tendrá la vacuna cuando se ha tenido que paralizar. Habrá quien piense que algo de razón tenían los antivacunas cuando denunciaban que las vacunas no estaban lo suficientemente testadas. Terrible.