Se inician los trámites ante la UNESCO del futuro 'Geoparque Volcanes de Calatrava. Ciudad Real'
El Museo de Ciudad Real será su Centro de Interpretación
Este viernes han tenido lugar una reunión con el equipo de investigadores de este proyecto / Cadena SER
Ciudad Real
Se inician los trámites ante la UNESCO del proyecto del 'Geoparque Volcanes de Calatrava. Ciudad Real' que promueve la Diputación de Ciudad Real y que pretende poner en valor en patrimonio minero industrial de la provincia, así como sus zonas volcánicas.
Antes del 1 de abril se registrará la manifestación de interés en busca de este reconocimiento, que hasta ahora solo tiene en la región el del Alto Tajo. Un comité científico está trabajando para definir todos los elementos patrimoniales y BIC que también formarán parte de los geositios.
La candidatura se tendrá que valorar antes del 1 de junio, según ha avanzado el vicepresidente de la Diputación, responsable del proyecto, David Triguero.
En el proyecto colabora la Junta de Comunidades, y forman parte de él 40 ayuntamientos y cuatro Grupos de Acción Local.
La puerta de entrada estará en el Museo de Ciudad Real, cuya primera planta se habilitará como centro de interpretación, según ha anunciado la viceconsejera de cultura, Ana Muñoz tras la reunión mantenida con el equipo de investigadores de este proyecto que ha tenido lugar en la Delegación de la Junta de Comunidades en esta provincia.
El reconocimiento de la UNESCO supondría dotar al proyecto de una marca de calidad para poner en valor del patrimonio de la provincia.
El Proyecto de Geoparque 'Volcanes de Calatrava. Ciudad Real' relata una historia larga y compleja de unos 500 millones de años de actividad volcánica que se manifestó principalmente durante el paleozoico (silúrico) en la zona de Almadén, emitiéndose rocas volcánicas corresponsables del mayor centro de producción de mercurio del mundo, con una antigüedad entre 485 y 372 millones de años.
La historia continúa en el Carbonífero, hace unos 300 millones de años, durante el relleno de la cuenca de Puertollano por la actividad eruptiva, que dejó intercalados finos niveles de cenizas entre las capas de carbón que han permitido la preservación de fósiles de la flora y fauna que habitaba la zona.
