Política

El Ayuntamiento de Pamplona coloca placas en recuerdo de seis asesinados por ETA

Justo en la puerta de la Parroquia de Nuestra Señora del huerto, por el asesinato en el lugar de Jose Luís prieto Gracia, el Ayuntamiento de Pamplona y Anvite han celebrado el homenaje

Enrique Maya y la familia de Prieto Gracia / Jordi Fernández / Cadena SER

Pamplona

El Ayuntamiento de Pamplona y la Asociación de Víctimas del Terrorismo de ETA en Navarra (Anvite) han continuado este domingo con su iniciativa de colocar placas en los lugares donde ETA asesinó en la ciudad.

En esta ocasión se han descubierto seis placas en cinco puntos de la ciudad en recuerdo a José Luis Prieto Gracia, Juan Atarés Peña, Julio Gangoso Otero, Jesús Blanco Cereceda, Juan José Visiedo y Tomás Palacín Pellejero, que han venido acompañadas de una ofrenda floral y un minuto de silencio. Han participado familiares de las víctimas a las que se ha entregado una réplica de la placa.

El acto ha contado con la presencia del alcalde de Pamplona, Enrique Maya; la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite; la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo; el director general de Paz y Convivencia, Martín Zabalza; y el delegado del Gobierno, José Luis Arasti. Junto con representantes de los grupos municipales en el Ayuntamientos de Pamplona de Navarra Suma, PSN y Geroa Bai; también se han podido ver diferentes cargos de estas formaciones como el presidente de UPN y portavoz parlamentario de NA+, Javier Esparza; los diputados de UPN, Carlos García Adanero y Sergio Sayas; la parlamentaria Inma Jurío, el senador autonómico y miembro de Geroa Bai, Koldo Martínez, o la senadora del PPN Amelia Salanueva.

También han asistido representantes de Anvite, entre ellos su presidente, José Ignacio Toca, así como miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en Navarra, asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo.

El recorrido de este homenaje ha comenzado a las 12 del mediodía en la avenida de Barañáin número 8, frente a la parroquia de Nuestra Señora del Huerto, donde un 21 de marzo de 1981 era asesinado el militar y exjefe de la Policía Foral de Navarra, José Luis Prieto Gracia.

En su intervención, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha destacado la "dignidad democrática de todas las familias de los asesinados por ETA" y ha remarcado que las víctimas y sus familiares "siempre tendrán nuestro apoyo y respeto". Ha tenido un recuerdo especial con las víctimas de ETA "que no tuvieron reconocimiento en su momento" y ha exigido la colaboración para "esclarecer todas y cada una de los asesinatos" que siguen sin resolver.

Seguidamente, Paz Prieto, hija de José Luis Prieto y representante de Anvite, ha agradecido a las instituciones, en especial el Ayuntamiento de Pamplona, que "hayan hecho posible este proyecto de placas conmemorativas". Una acción que "no calma el dolor pero impide el dolor añadido del olvido".

Ha resaltado que a su padre "lo asesinó ETA, quien sugirió su nombre, quien le vigiló para aprender sus rutinas, quien prestó la casa para esconder a quienes lo asesinaros, quienes dispararon las armas, quien condujo el coche para huir" pero también "los que animaron a la banda con su apoyo y aliento; aquellos que con seguridad aplaudieron y brindaron aquel 21 de marzo de 1981", ha recalcado. "Lo vi y lo viví en los bares y en las calles; 'ETA mátalos' oíamos en las manifestaciones, y ETA satisfacía esa petición con una frecuencia escalofriante: una vez cada tres días en aquella época como norma general", ha recordado.

"Descabezados una y otra vez por las Fuerzas de Seguridad del Estado, muy limitados en su capacidad de intervenir en la política, los etarras anunciaron que dejaban de asesinar en 2011 para seguir defendiendo de otra forma su único propósito: conseguir que el País Vasco dejara de ser una parte de España para constituirse en una república socialista", ha continuado.

En este sentido, Prieto ha destacado que "no renunciaron a esa idea por la que habían asesinado, herido, extorsionado o expulsado de su tierra a tantas personas; tampoco reconocieron el daño causado ni se arrepintieron de él y no colaboraron con la justicia para esclarecer el asesinato de cerca de 400 víctimas cuyas familias siguen esperando saber quién lo hizo".

"A cambio de dejar de matar ETA pidió que se les abrieran las puertas para poder entrar y volver a las instituciones políticas, a las universidades, a los foros de opinión y de decisión, que se les tratara como a otros ciudadanos más, ocultando hechos o narrándolos de una manera que no les hiciera parecer abominables, y que los presos salieran de la cárcel", ha criticado.

"Poco a poco, inexorablemente, sin prisas, el pacto se va cumpliendo", ha reprochado. "Para algunos puede ser motivo de alegría, para otros indiferente pero para las víctimas es una tortura añadida", ha lamentado Paz Prieto, que ha censurado "cómo nos hace sufrir ver al Gobierno de Navarra y de España pactar acciones de gobierno con Bildu, el brazo político de ETA".

"Este dolor creo que no se lo pueden imaginar los dirigentes políticos que pactan, que aceptan la ayudan, que estrechan las manos nunca lo suficientemente lavadas de la sangre vertida; pero es importante que no ignoren que son causa de ese dolor", ha afirmado.

El recorrido ha continuado posteriormente en la calle Vuelta del Castillo con Fuente del Hierro para recordar al guardia civil Juan Atarés Peña. Desde ese punto, los asistentes se han trasladado a la Cuesta de Larraina número 3, donde fue asesinado el guardia civil Julio Gangoso Otero. El siguiente punto ha sido la avenida de Bayona 36, para homenajear al jefe de Comunicaciones del aeropuerto de Noáin, Jesús Blanco Cereceda. Por último, el acto ha finalizado en la calle Arcadio María Larraona, junto al IES Navarro Villoslada, donde fue asesinado el policía nacional Juan José Visiedo y su compañero Tomás Palacín Pellejero.

 
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