Concentración en València para exigir "el fin de las políticas racistas" y el cierre de los CIE

Valencia

Este domingo es el Día Internacional Contra el Racismo y más de sesenta organizaciones valencianas se han concentrado este mediodía en la plaza del Ayuntamiento de València para exigir el fin de las políticas racistas que generan más problemas a las personas migrantes y racializadas. En concreto, exigen que se derogue la Ley de Extranjería y el cierre inmediato de los Centros de Internamiento de Extranjeros.

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A la concentración han acudido alrededor de medio millar de personas, según la organización, y la portavoz de la Crida Contra el Racisme i el Feixisme, Ángela Pedraza, explica en la SER que hacen falta "políticas para afrontar el racismo institucional y para combatir los discursos de odio contra este colectivo" por parte de la extrema derecha. Algunas de las dificultades que se encuentran las personas migrantes que llegan a España son problemas para acceder al Ingreso Mínimo Vital, o para conseguir empadronarse en cualquier municipio.

Pero no son los únicos contratiempos: también sufren falta de información para pedir asilo político en el caso de aquellas personas que huyen de conflictos armados, o retrasos para poder regularizar su situación en España. Mientras tanto, Pedraza lamenta que estas personas tienen que resistir trabajando en condiciones precarias y, muchas veces, en la economía informal ya que no tienen los papeles en regla. 

Los CIE son "cárceles racistas"

Sobre el Gobierno central, Ángela Pedraza reconoce que pese a estar formado por partidos de izquierdas (PSOE y Unidas Podemos) y tener buenas intenciones, la realidad es que hay muchos obstáculos que el ejecutivo todavía no soluciona, relacionados sobre todo con la burocracia, pero también con el control de las fronteras o la gestión de los CIE, que siguen abiertos.

Pedraza califica estos centros de internamiento de extranjeros de "cárceles racistas" donde las personas migrantes "son encerradas sin haber cometido ningún delito". Además, denuncia que las políticas de fronteras de la Unión Europea "son responsables directas del sufrimiento y la muerte de miles de personas que huyen de la guerra, la persecución política o religiosa, el hambre o el cambio climático".