Como en un mercado persa

Palencia

Hay asuntos en los que quizás la cautela sugiere callar, pero hay situaciones que te dicen que hacerlo sería traicionar tu integridad, tu conciencia.

La situación política en España se hace irrespirable, evoca un mercado persa donde todo se compra o se vende, según los intereses particulares. Se juega con la decisión ciudadana expresada en las urnas y los resultados obtenidos en las mismas sin el menor recato. Con el voto dejas tu confianza al político, es un mandato que debe cumplirse; pero no debe interpretarse como una patente de corso para que el favorecido, el elegido, haga lo que le venga en gana y venda su escaño. Y menos para que traicione a su electorado.

Los últimos días hemos sido testigos en Murcia del más bochornoso cambalache y chalaneo de los últimos tiempos,"tamayazo" incluido. Pero el ciudadano debe conocer, no solo lo qué sucede, sino también por qué sucede. Y en el caso que nos ocupa se ha hecho muy poca pedagogía. Se ha intensificado el foco en las consecuencias, pero no se ha profundizado en los motivos. Y así es fácil caer en la confusión a la que nos quieren llevar los autores de la tropelía y sus sacristanes de la información.

Poco se han aireado las presuntas corruptelas del Gobierno Popular murciano que fueron el detonante y el motivo de la moción de censura; el transfuguismo para evitar descubrir las vergüenzas vino después. La noticia, sin embargo, se centra en las consecuencias del aleteo de una mariposa, que quedará muy literario, sí, muy metafórico, pero que desvía y deforma la realidad. Evidentemente, lo que no se explica y airea no existe.

Pues bien, ahora la atención se centra en nuestra Comunidad y la moción presentada por el PSOE. Hoy se debate con las sombras de lo ocurrido en Murcia, aunque Ciudadanos ya ha anunciado que votará en contra. Habrá que ver.

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Algunos consideran que en el transfuguismo hay una traición, considerando al tránsfuga casi como un traidor. Para otros, el personaje es representativo de un resurgimiento político; incluso lo tratan como un converso, igual que en el ámbito religioso. Cada cual que saque sus propias conclusiones y allá cada cual con su ética o su moral. A mí me parece sencillamente vergonzoso. ¿Dónde queda el pacto firmado en 1998?

Se habla y escribe mucho de regeneración política, ¿pero de qué regeneración hablamos? ¿De la ética o simplemente de la cosmética y del camuflaje?