Los nuevos inquilinos del Museo Marítimo del Cantábrico también tienen que pasar cuarentena

Santander

Desde hace un año hay dos palabras que forman parte de nuestro día a día: cuarentena y desconfinamiento. Por culpa del coronavirus, su significado está asociado a los aspectos más duros de la pandemia de la Covid-19, pero, sin duda, son necesarias, como ya venía sucediendo en el mundo animal, en concreto en los que viven en cautividad, donde siempre ha sido algo habitual. Así sucede con las 37 rayas onduladas que, procedentes del Oceanografic de Valencia, aguardan en los tanques del Museo Marítimo del Cantábrico para, algunas de ellas, ser liberadas y que por fin conozcan su hábitat natural. Sobre el proceso hemos hablado con su director, Gerardo García-Castrillo.

“Salieron de Valencia en unas cubas dentro de una furgoneta y tras 11 horas de carretera llegaron a Cantabria, en los primeros días no probaron bocado, pero tras un par de semanas se puede decir que están perfectamente y ya comen todo” nos ha explicado García-Castrillo.

La ventaja es que estos ejemplares descienden de otros del Cantábrico, lo que hace presagiar que las crías no tendrán problema en adaptarse. En este momento se está estudiando dónde podrán integrarse en el medio y se estima que para Semana Santa pueda producirse la suelta de los animales. "Estamos tranquilos porque genéticamente es la misma estructura, la preocupación que puede haber es de la aclimatación a la captura natural porque estos animales son depredadores y tienen que buscar alimento, mientras que en el acuario lo tienen a disponibilidad".

La llegada de estas rayas, una especie calificada en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza,  y el empuje de la Vicepresidencia del Gobierno de Cantabria ha permitido que este proyecto se enmarque en las iniciativas para protección a la fauna marina, que muestran y conservan, y, por ello, es una buena noticia que desde la Consejería de Cultura -de la que depende el centro- se haya aceptado su propuesta de impulsar un laboratorio de cría de animales marinos. El objetivo es mantener especies como las medusas, que pueden ayudar en el estudio de los cambios ambientales en el agua.