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NUMANCIA

Numancia: Crónica de un fracaso

El conjunto rojillo no cumplió con el objetivo de estar entre los tres primeros al término de la primera fase.

El Numancia, durante el duelo ante la Cultural en Los Pajaritos. / Cadena SER

Soria

Finalizada la primera fase de la temporada en el grupo 1B de la Segunda B del fútbol español, toca hacer balance de estas 18 jornadas que llevan al Numancia, como cuarto clasificado, a una segunda fase en la que peleará por una de las dos plazas disponibles en la Segunda B Pro (Primera división de la Federación) de cara a la próxima temporada. A bote pronto, se trata de un fracaso en toda regla para el conjunto rojillo, toda vez que a principio de temporada se aseguró, por activa y por pasiva, que el objetivo único era finalizar este primer tramo de la competición en los tres primeros puestos de la clasificación, que conllevarían dos premios: asegurarse la Segunda B Pro en la 2021-22 y luchar por intentar regresar a Segunda, al fútbol profesional, apenas un año después de perder la categoría.

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Al término de la primera fase, el jugador rojillo con más minutos es el portero Ximo Miralles, que lo ha jugado todo, 1.620’. Como jugador de campo, el que más acumuló fue Fran Manzanara, siempre titular y sustituido en dos ocasiones, que sumó 1.596 minutos. El efectivo que más veces salió del banquillo fue Tamayo (10). En la faceta anotadora, el más goleador fue Juan Carlos Menudo, con 7 goles, dos de ellos de penalti, seguido por Asier Benito, con 6 dianas, una desde los once metros. El mejor asistente resultó Tamayo, con 3 pases de gol. El Numancia ha visto señalizados cuatro penaltis a favor (falló Asier Benito y marcaron Menudo (2 veces) y el propio Benito) y 3 en contra (Ximo paró uno y los otros dos fueron gol). En el ámbito disciplinario, Lillo, con 7 amarillas (más una doble que supuso su expulsión) es el más amonestado. El otro jugador que resultó expulsado fue Menudo, también por doble amarilla. Curiosamente ambos partidos ante el Marino de Luanco.

Para explicar este fracaso, se puede aludir a diversos factores, que no excusas, porque el plantel rojillo no ha rendido como en tramos del curso ha demostrado que podría por el nivel de sus componentes. Uno de ellos es, precisamente, la composición de una plantilla prácticamente nueva (sólo permanecieron Moha y Roberto Jara, con ficha del filial el curso anterior) y prácticamente a contrarreloj, desde que se confirmó oficialmente en la segunda quincena de agosto que el Numancia jugaría en Segunda B. También era nuevo el entrenador, Manix Mandiola, con dilatada experiencia en la categoría. Ello conllevó un necesario tiempo de adaptación y acoplamiento de los efectivos, que se notó en los primeros compases de la temporada.

También hay que reseñar que el cambio de entrenador (tras la jornada 10 y con 9 partidos jugados) no mejoró la trayectoria soriana: Mandiola sumó 12 puntos por 13 de Álex Huerta.

Desde luego, también resultó notoria la influencia de los contagios por Covid-19, ya en la segunda vuelta, con hasta 9 afectados y con el confinamiento de la plantilla durante 10 días, el parón, las secuelas físicas y la concatenación de 5 partidos en literalmente 15 días.

A mayores de esas circunstancias, en lo meramente deportivo, el gran debe del equipo ha sido su déficit en las áreas. En ataque, escasa efectividad, personalizada en los números de los delanteros Gabarre y Asier Benito (aunque el doblete de éste en la última jornada le dejó con 6 goles), para completar la fase con 23 anotados, y en la defensa, que, si bien es la segunda menos goleada del grupo (14 goles por los 12 encajados por el Burgos), ha generado desde el primer día muchas dudas, con falta de contundencia, principalmente en los minutos finales.

Y ese es el otro gran debe, los últimos minutos de partido, donde el Numancia ha exhibido una fragilidad pasmosa: 8 puntos volaron por goles encajados a partir del 80 de juego en seis partidos, repartidos en ambas vueltas. Empezando por la primera (4 puntos): la derrota Gijón, ante el Sporting B (1-0), el empate ante el Valladolid B en Los Pajaritos (2-2) y la derrota en Burgos (1-0); y en la segunda (4): derrotas en Soria ante la Cultural (0-2) y el Burgos (0-1) y el empate en Langreo (1-1). 8 puntos que hubieran cambiado notoriamente la película para los sorianos, más allá del juego desarrollado, mejor o peor, en según que partidos, que al final y al cabo es cuestión más subjetiva, quedando siempre el buen o mal hacer a merced de los resultados.

El rendimiento en cuanto a resultados frente a sus rivales tampoco ha sido regular (para bien). El ejemplo, ante los tres primeros clasificados: dos derrotas ante el Burgos, empate y derrota ante la Cultural y dos empates ante el Real Valladolid Promesas. 3 puntos de 18. Afortunadamente sí que le ha sabido ganar el duelo directo a todos los demás rivales (salvo al Sporting, con derrota y empate), ganando al menos uno de los dos encuentros. Sólo fue capaz de ganar en ida y vuelta al Covadonga (0-3 y 5-0), que ha finalizado colista.

Y ahora, ¿qué? Pues una segunda fase que comenzará el próximo 3-4 de abril (en plena Semana Santa) y en la que el Numancia quedará encuadrado en un grupo al que le acompañan Langreo y Marino de Luanco y del que faltan por conocer los tres integrantes procedentes del grupo 1ª, que disputará su última jornada este próximo domingo (12.00 h, en horario unificado). Tres equipos de entre Unionistas de Salamanca, Celta de Vigo B, Racing de Ferrol, Deportivo de La Coruña y Compostela serán rivales de los rojillos, en una competición a la que los conjuntos llegarán con los puntos, goles a favor y en contra acumulados de la primera fase. Ello conllevará para el Numancia un déficit clasificatorio de puntos con respecto a los mejores del grupo resultante. La cifra exacta, así como los rivales, los conoceremos el domingo.

 
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