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Las dudas sobre AstraZeneca no alteran la ilusión de los vacunados

Miles de personas acuden este miércoles al Hospital Isabel Zendal en plena inmunización masiva en la Comunidad de Madrid

Una mujer recibe la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID-19 / Marta Fernández Jara EUROPA PRESS

Madrid

Decenas de taxis aguardan en las inmediaciones del Hospital Isabel Zendal. "¿Necesita volver en coche?", pregunta un conductor, sin suerte, a todo el que pasa. El silencio de los interpelados se rompe con el murmullo de un hombre. "No, gracias. Ahora mismo estoy a otra cosa", dice. Basta avanzar unos metros para descubrir a qué responde su preocupación. Trombo y AstraZeneca: dos palabras que se reproducen a velocidad pandémica entre las conversaciones de quienes aguardan turno para vacunarse. 

Marta y Marina conversan frente a las puertas del hospital de pandemias. "La cita nos llegó ayer. He de decir que estábamos bastante nerviosas", reconoce una de ellas. Ambas jóvenes son dos de las 2.500 profesionales de primera línea citadas en la mañana de este miércoles para recibir las primeras dosis de la compañía británica AstraZeneca, tras el parón decretado por el Gobierno el pasado 15 de marzo. "Me genera intranquilidad que frenaran la vacunación con estas dosis. Después de lo que se ha dicho, que pueden generar trombos... no sé. Es normal estar nerviosa", dice Marta. 

Sin embargo, la conversación entre las dos amigas cambia bruscamente tras los primeros titubeos. "Está claro que las circunstancias asustan, pero más me asusta contagiarme de covid. La vida tiene que seguir y prefiero vacunarme. Es un pasito más para alcanzar la normalidad en algún momento", asegura Marina. "En verdad no tiene sentido tener miedo. Fumar o ser sedentario son costumbres que generan más trombos que la vacuna. No tiene sentido centrarse en las consecuencias negativas, residuales, y no prestar atención a los beneficios", sentencia Marta. 

El temor por los efectos perjudiciales de la vacuna es una realidad minúscula dentro del Zendal, como afirma Gema. Esta enfermera, que forma parte del equipo de 72 sanitarias encargadas del proceso de inmunización, asegura que los miedos se disipan al recibir la dosis.  "Al principio ha venido gente un poco nerviosa, pero la mayoría están contentas. De hecho, el temor más recurrente esta mañana ha sido el miedo al pinchazo o a las agujas", asegura la sanitaria. 

El temor por la vacunación es residual en comparación con la alegría de quienes reciben las dosis, como confirma Verónica Real, directora de enfermería del Hospital Isabel Zendal. "Salvo dos casos en los que han presentado más dudas, los citados han recibido las dosis con total normalidad. La gente está ilusionada porque se haya retomado la vacunación, que al final es lo que todos quieren: recibir la dosis cuanto antes", dice Real. 

El proceso desde que los citados entran en el hospital hasta que salen inmunizados transcurre rápido, en apenas una hora. En ese tiempo, también cambia la percepción de los vacunados. Las preocupaciones iniciales terminan por despejarse tras el tiempo de espera inmediatamente posterior al pinchazo que deben respetar los vacunados para controlar posibles reacciones alérgicas. 

Entre los recién vacunados que permanecen sentados en las salas de espera, Borja, un educador social que aguarda pacientemente tras el pinchazo, aprovecha para consultar el móvil. "Estoy ilusionado y un poquito más tranquilo. Tenía cierto temor. Trabajo de cara al público y siempre tienes el miedo de contagiarte, o de pasarle el virus a otra persona", dice. La sensación de tranquilidad que transmite no modifica ni un ápice sus intenciones tras recibir la dosis de AstraZeneca: "Aunque esto dé más tranquilidad en lo personal, hay que seguir con las medidas. En ese sentido no pienso cambiar nada: hay que mantener las precauciones. Eso sí, es un alivio". 

Los inmunizados dan relevo a los compañeros citados a lo largo de la mañana. Frente a las puertas del Zendal se mezcla la euforia de quienes han recibido el pinchazo con la incertidumbre de quienes lo harán en apenas una hora. Un grupo de trabajadoras sociales esperan a una compañera que falta por salir. A su llegada, celebran juntas la llegada de la inmunización. "Es un día especial, estamos muy contentas", exclaman. Una de ellas bromea, incluso: "Por si acaso, tomaré un Paracetamol". 

Agustín Rodríguez-Sahagún

Agustín Rodríguez-Sahagún

Graduado en Derecho por la Universidad Pontificia de Comillas. Máster de Periodismo UAM-El País. Redactor...

 
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