¿Estamos locos?

Palencia

Vaya por delante que la gestión que está realizando el gobierno regional del Partido Popular y Ciudadanos me parece que es manifiestamente mejorable. Aún así, creo que estamos en un momento muy delicado para realizar vaivenes políticos sin razones que lo justifiquen.

Una cuestión que me molesta mucho es que se predique una cosa y se haga otra muy distinta. El Partido Socialista, a nivel nacional, ha ido diciendo, durante todo el tiempo que llevamos de pandemia, que el resto de partidos debían de apoyar sus medidas para que, entre todos, pudiésemos salir de esta enorme crisis.

Sin embargo, en la primera quincena de marzo se desmarca de esta tesis y presenta sendas mociones de censura en tres de las cuatro autonomías en las que existen gobiernos del PP y Ciudadanos. En todos los casos, a mi entender, no existían motivos suficientes para dar ese paso.

Me parece insensato que, en una situación compleja, en la que un cambio de gobierno siempre supone una parálisis de la actividad regional, se plantee una moción de censura en nuestra comunidad. Para más inri, esta moción no atiende a lo que pretende ser esta acción, que es la investidura de un nuevo presidente en base a un programa de gobierno alternativo.

Las críticas que ha vertido el señor Tudanca al actual equipo de gobierno, en la fallida moción de censura, se han basado sobre todo en la corrupción y que yo sepa, en Castilla y León, no se está investigando, por este motivo, a ninguno de los altos cargos de la Junta.

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Estoy de acuerdo en que la alternancia en los gobiernos es necesaria, ya que permite avanzar con fórmulas diferentes de gestión y evita el desánimo e inmovilismo que genera la excesiva permanencia en el poder. Además, impide que las personas se crean imprescindibles, lo que suele ser el primer síntoma de la decadencia de un sistema.

Una cuestión que me ha llamado la atención es que en la moción de censura no se ha presentado un proyecto de gestión para Castilla y León, ni siquiera alguna medida estrella que pudiese llamar la atención de la ciudadanía. Tampoco se ha centrado en proponer alternativas para la gestión sanitaria ni para salvar la crisis económica que estamos padeciendo. En definitiva, creo que ha sido más una argucia política, con intereses espurios para alcanzar el gobierno regional, sin importarles que por el camino se pudiesen producir consecuencias nefastas para las personas.

Lo mismo me pareció cuando la moción de censura la presentó VOX en el Congreso de los Diputados. No es tiempo de pensar en réditos políticos ni de buscar el sillón de gobierno para sentarse en él. Puede haber causas que justifiquen una moción de censura pero, para que eso ocurra en un momento como éste, hay que escuchar el clamor de las calles y ver, con la máxima objetividad posible, el estado económico y social del ayuntamiento o de la provincia o de la comunidad o del país.