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La firma

Y se acabó la mili

Comentario Ana Castaño 26.03.21

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Asturias

Boletín Oficial de Estado número 60 del sábado 10 de marzo de 2001 páginas 8974 y 8975.

Solo dos páginas pero de enorme trascendencia para la vida de miles de jóvenes, se adelantaba al 31 de diciembre de ese año la suspensión de la mili. Aviso para navegantes y entusiastas de VOX la mili técnicamente solo está suspendida.

Llegar a ese momento no fue una tarea fácil. No se engañen los que lean el Real Decreto, el ministro que lo firma, Federico Trillo, poco tiene que ver con su finalización.

Desde principios de los años noventa muchos jóvenes se oponían al servicio militar obligatorio, se declaraban objetores de conciencia, y algunos daban un paso más, se organizaban en la Coordinadora Asturiana pola Insumisión y se negaban expresamente a ir a la mili, afrontando con ello penas de cárcel e inhabilitación. Eran los insumisos.

A ellos se debe, en gran parte, que nuevo el siglo trajera consigo la suspensión de la mili. Años intensos, momentos muy complicados para aquellos que llegaron a pasar varios meses o incluso un año en la cárcel de Villabona y, también, para los que, sin llegar a entrar en la cárcel, vivieron durante tiempo en la incertidumbre a la espera de juicio y dejando en "estado de suspensión" sus proyectos vitales.

Fueron muy géneros y aunque no consiguieron "echar abajo los muros de los cuarteles", como decía una frase de la época, sí lograron que los jóvenes varones dejaran de estar condenados a desaparecer tras ellos. Eran, son, entre otros, Pin, Fermo, Carlos, Quique, Paco, Yiyi, Adolfo, Toñin, Javi, Wiljer, Lluismi.... Unos tipos de lo más normal que perdieron su libertad para que los que vinieron detrás fueran un poco más libres.

Hace ya tiempo que Pamplona ha reconocido, con un parque y un monolito, la labor realizada por estos jóvenes, no estaría de más que en Asturies se hiciera lo mismo.

Aunque, puestos a pedir, todavía sería mejor que el compromiso demostrado por ellos sirviera de ejemplo para otros: No basta decir que las cosas están muy mal, hay que trabajar para cambiarlas.

 
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