CEOE Empresas de Palencia espera la eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones
Celebra el compromiso del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco
Palencia
CEOE Empresas de Palencia celebra que esta vez el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, cumpla con el anuncio realizado de suprimir el Impuesto de Sucesiones y Donaciones en la Comunidad, tal y como se volvió a comprometer en el debate de la moción de censura celebrado en las Cortes. Para la Patronal de Palencia es una medida muy reclamada por el mundo empresarial y de esta manera se evitará la deslocalización de empresas de Castilla y León a otras comunidades con menos impuestos y más baratos.
Esta armonización fiscal tan esperada en Castilla y León es un paso más para un marco empresarial idóneo facilitando la sucesión en las empresas, según la confederación. Por todo ello, la confederación solicita que se siga trabajando en medidas que den seguridad jurídica y fiabilidad a las empresas y a los inversores, para acelerar y no poner límites a la actividad económica del tejido productivo. Castilla y León es la comunidad donde más se paga por el Impuesto de Donaciones y la segunda por el tributo de Sucesiones,
recuerdan los representantes de los empresarios.
El Consejo General de Economistas de España presentó esta semana el estudio 'Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2021' que recoge el desarrollo de la capacidad normativa de cada Comunidad, respecto al IRPF, Impuesto sobre el Patrimonio, Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, e Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
En concreto, el informe elaborado por el registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) compara los tributos de todos los territorios de España y concluye que Castilla y León es la segunda comunidad donde más se paga al recibir la donación de un padre. En concreto, pone el ejemplo de un soltero de 30 años que hereda bienes de su padre por un valor de 800.000 euros, de los que 200.000 euros corresponden a la vivienda del fallecido, que en Castilla y León deberá pagar 81.018 euros en concepto de impuesto de sucesión, solo por detrás de los 103.135 euros de Asturias. Esta misma persona en Andalucía, Cantabria y Galicia no tributa nada mientras que en Murcia, Extremadura y Madrid sería menos de 2.000 euros.
En el caso del impuesto de donaciones, esa misma persona que recibe bienes por el mismo importe deberá hacer frente a un tipo del 34% y abonar a la administración autonómica un total de 200.122 euros, la misma cantidad que en Extremadura. A continuación, están Aragón (177.706 euros), Asturias (176.700 euros) y Valencia (171.012 euros). En el lado contrario, se sitúan Cantabria donde no sería necesario pagar un solo euro al no existir el impuesto de sucesiones, seguido de los 2.000 euros en la Comunidad de Madrid y los 2.081 euros en Murcia y Andalucía.
Armonización Fiscal
A la vista de estas importantes diferencias en los impuestos propios, el Consejo General de Economistas aboga por contar con un "patrón común" para el establecimiento de tributos que graven el mismo objeto imponible, pues cada autonomía establece el impuesto de un modo diferente, en muchos casos para hacer tributar al mismo hecho imponible.
En todo caso, los economistas reconocen que, desde hace tiempo, se produce una competencia fiscal a la baja en el impuesto sobre sucesiones y donaciones cuando los contribuyentes son familiares cercanos del causante o del donante.
35 euros de recaudación por habitante
Los ingresos por impuestos propios y por habitante en España eran en 2015 de 50,9 euros y esta cantidad ha aumentado en 2019 hasta los 61,7 euros, con diferencias muy notables entre autonomías. No en vano, mientras que estos impuestos propios suponen 231,2 euros en Canarias y 188,7 en Baleares, en Castilla-La Mancha o Madrid no llegan a los diez euros. Castilla y León también se sitúa por debajo de la media, con una recaudación de 35,2 euros por habitante. La recaudación por impuestos propios es el 2,1 por ciento de los ingresos tributarios de las autonomías.
La comparativa con el impuesto sobre la renta de personas físicas (IRPF) demuestra que Castilla y León está entre los territorios con el impuesto más bajo. Tomando como referencia a un contribuyente soltero y sin hijos con edad inferior a 65 años y sin discapacidad ni ninguna otra circunstancia personal que pudiera darle derecho a deducción estatal o autonómica, que no obtiene renta alguna diferente a la que proviene del trabajo personal, la Comunidad es una donde menos se paga si esa persona cobra 16.000 euros anuales (887,78 euros), ligeramente por encima de la que está a la cabeza que es Canarias, Madrid y La Rioja (864,41) y muy lejos de los 1.179 euros que debe abonar esa persona en Navarra. Si el sueldo anual asciende a 30.000 euros, en Castilla y León hay que abonar 4.880 euros, un poco por encima de los 4.793 euros del País Vasco y muy inferior a los 5.102 euros de Cataluña.
En cuanto al impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, en la modalidad de transmisiones patrimoniales, la Comunidad se sitúa en la media ya que un castellano y leonés debería abonar 12.000 euros al vender una vivienda de 150.000 euros, por encima de los 9.000 euros de Madrid y Navarra y por debajo de los 15.000 euros en Cantabria, Cataluña, Galicia y Valencia. En el caso de una vivienda vendida por 450.000 euros, en Castilla y León hay que abonar 40.000 euros frente a los 27.000 euros de Madrid y Navarra y los 45.000 euros de Cantabria, Cataluña, Galicia y Valencia, recuerdan los representantes de los empresarios a través de un comunicado.