Euskatel, crónica de un final anunciado

Bilbao

Con la OPA de MásMóvil a Euskaltel se confirma lo que todo el mundo se temía cuando Zegona se hizo con el control de la telefónica vasca: que entró en ella con el único objetivo de sacar pasta. Es lo que hacen los fondos de inversión: rentabilizar su inversión, con el máximo beneficio, en el menor plazo posible. El empleo, la marca, el arraigo, el futuro...son secundarios. El fondo británico llevaba tiempo, me cuentan, intentando salir, pero se le cruzó la pandemia. Vende ahora que ha recuperado la inversión inicial y con una prima del 16 por ciento.

Todos, hasta los más legos, lo vimos venir. El Parlamento pidió al Gobierno vasco que actuase, pero este confiaba: "Euskaltel tiene blindado el arraigo en Euskadi", nos decía.

Aquí termina la historia de la teleco naranja, una firma nacida, como suele recordar Anasagasti, en Génova 13, de las negociaciones PNV-PP para la investidura de Aznar, en una cláusula secreta para que los catalanes no pidieran lo mismo. Con el dinero de todos el Gobierno vasco construyó su red de fibra óptica. Con el dinero de todos creó luego la empresa. Del dinero de todos solo va a quedar el nombre. Por ahora.