El muro

Pamplona

Lo recordamos este otoño cuando los institutos de la Plaza de la Cruz, como se llaman ahora, cumplieran 175 años. Antes se llamaban Príncipe de Viana y Ximenez de Rada pese a que ocupaban la misma manzana de ahora. Al primero se entraba por Bergamin, al segundo por Sangüesa. Y en el patio central había un muro que recordaba a ese que dividía el Berlín de la época de la RDA. Pero este muro no separaba ciudadanía del paraíso socialista de la del imperio capitalista. Este separaba estudiantes chicos de estudiantes chicas.

Separación que terminó con el franquismo aunque el muro siguió unos cuantos años más, pero con chicos y chicas en las aulas de ambos centros. Hoy Educación anuncia la caída del último muro que quedaba en Navarra.

Es Carlos Gimeno, consejero de Educación, minutos después de que su departamento haya decidido renovar los conciertos educativos con colegios de infantil y primaria. También con los 2/4 -luego contamos el truco- que hasta ahora separaban a su alumnado en función del sexo. ¿Por qué? Porque dicen que van a cumplir con la ley vigente, esa que ahora impide financiar con dinero público las aulas de solo niños o solo niñas. Lo dicen en esa documentación y lo que está escrito, está escrito y no se lo lleva, como las palabras en la radio, el viento.