Lola Gracia: "Carmelo, lo tuyo, háztelo mirar"

Zaragoza

Todos improvisamos al vivir, al tomar decisiones, al decidir qué camino tomar para llegar a algo que suponemos nos hará felices. Estamos hechos de miles de emociones que se mezclan entre sí como si fuera un cocido. El arroz, el caldo y la sal se convierten en miedo, alegría o inseguridad y unos gramos de más de una mezcla de herencia, vivencias, tiempo histórico y genética determina nuestro estado de ánimo y nuestras gafas de ver la vida. Una amiga psicóloga me contaba ayer que han aumentado las consultas de su clínica. La mayoría de los pacientes empieza por: “en la pandemia me he dado cuenta de…”.

Por eso, hace unos días, Íñigo Errejón, en el Congreso de los Diputados, destacaba la necesidad de doblar el número de psicólogos en la sanidad pública, dado que los 50 € a la hora de los gabinetes privados es un lujo al que no todos podemos acceder. Añadió que 6 de cada 10 españoles tienen síntomas de depresión o ansiedad, y 10 personas se suicidan al día nuestro país. A todo esto, el diputado del PP, Carmelo Romero, le gritó “¡Vete al médico!”. Ante esta falta de respeto tan grave, esta insensibilidad y esa prepotencia, y por mucho que escriba después en Twitter lo tan manido de “ha sido una frase desafortunada”, yo le diría al señor Romero eso tan gastado también de “Carmelo, lo tuyo, háztelo mirar”.