Sociedad

El negocio del "oro verde" explota en España: menos Zoom y más CBD

Este cannabidiol llena las despensas de americanos y canadienses en forma de todo tipo de productos. En nuestro país, pese a no estar aún aprobado para la ingesta directa, empezamos a cogerle el gusto. Así lo ilustra la fulgurante historia de ProfesorCBD, su principal ecommerce en España.

Bodegón de productos de CBD Cosmetics hakuna Oil: crema facial, crema de manos y leche corporal. / Profesor CBD

Seis de cada diez españoles han sufrido algún episodio de tristeza, desesperanza o ansiedad a causa de la pandemia. Las consultas al psicólogo han aumentado en el último año hasta un 35%. Se han disparado los divorcios, derrumbado los enlaces y consolidado la dureza de la vida en soledad. Un retrato de una sociedad convulsa que abraza nuevas necesidades. “Si las reuniones por Zoom han posibilitado que teletrabaje, dejándome, a cambio, fatigado, lo que me ha mantenido con la mente despejada en estos meses de hartazgo ha sido el CBD”, declara Carlos Moreno, consumidor reciente de este derivado del cáñamo. 

La industria del CBD o cannabidiol (componente del cannabis sin efectos psicoactivos) ha sido uno de esos raros sectores que han tenido el privilegio de crecer durante los últimos meses, junto a gigantes digitales como Amazon o Netflix o las propias cadenas de alimentación. Borja Iribarne, CEO de ProfesorCBD, el ecommerce más potente de España según la revista Forbes, así lo afirma: “Acabamos 2020 con un crecimiento del 1.113%. Hemos tenido días de más de 100 pedidos”. La digitalización de la sociedad, que va perdiendo a marchas forzadas el miedo a la compra online y adquiriendo destrezas en este territorio, ha sido el marco formal perfecto. Según un reciente informe de la Fundación BBVA, si en 2008 sólo el 18% de los españoles consideraba que internet era esencial en su vida, en 2020 este porcentaje ha llegado al 60%. 

Aceites de cannabidiol, flores aromáticas (La Cordobesa es su producto estrella), dermocosmética, geles deportivos, esencias de vapeo, suplementos para mascotas… La amplia oferta de ProfesorCBD da una idea del potencial de la industria. En EE UU y Canadá, donde existe una fiebre absoluta por lo que ellos llaman el oro verde, se venden hasta tampones y golosinas de CBD. “¿Un nuevo coladero del negocio del wellness?”, se preguntaba The New York Times en un artículo de 2019. Los expertos se inclinan por negarlo, “evidencias prometedoras” es la expresión más utilizada para defender su efectividad como ansiolítico, analgésico, antiinflamatorio o anticonvulsivo. 

En Europa, sin embargo, a diferencia de Norteamérica o Reino Unido, el CBD no está regulado como complemento alimenticio, aunque desde ProfesorCBD confían en que esto cambie a finales de año. “En Williamsburg, te echan unas gotitas de CBD en el café por un par de euros más”, dice Iribarne, CEO de ProfesorCBD. Las cervezas con cannabidiol también vuelan en los bares de moda de Brooklyn, Nueva York. 

En nuestras fronteras, los datos abonan el terreno para el éxito. “Además, este año queremos devolver de alguna manera todo lo recibido en 2020, realizando acciones de responsabilidad social corporativa. Por ello, estamos iniciando el contacto con sociedades médicas que tratan la epilepsia infantil, y a las que ofreceremos nuestro producto a un coste cero”, sostiene el emprendedor, que ideó la compañía en una incubadora de start-ups. Tras su última ronda de financiación, el CEO de ProfesorCBD invirtió parte del dinero en el lanzamiento de nuevas líneas (para animales, de dermocosmética, geles deportivos y de cuidado masculino) y en fichaje de talento para la compañía. De hecho, en el luminoso coworking donde trabajan, en el distrito de Arganzuela de Madrid, acaban de desembarcar dos nuevos perfiles:

Begoña Campillo, directora de Marketing, que desempeñaba el mismo cargo en la aceleradora de talento digital The Bridge.

Ana García Moreno, directora de contenidos, que viene de ser redactora jefa de la revista BuenaVida, antigua marca de estilo de vida saludable del diario El País. 

Borja Iribarne, CEO de ProfesorCBD, con su perra Nala, una habitual de la oficina. / Profesor CBD

Un proyecto nacido de las entrañas

ProfesorCBD está plagado de guiños al universo personal de Iribarne. Es fan de El Rey León, por lo que ahí tenemos hakuna Oil (su marca propia de aceites de CBD). La flor que están a punto de lanzar, La Generosa, se distribuirá en un paquete con el retrato de su esposa. Hasta su perra, Nala, deambula con tranquilidad por la oficina de la compañía. Pero nada más suyo que el origen de todo: el amor a una madre. “Ella acababa de superar un cáncer, pero se le disparó la tensión y no podía tomar antiinflamatorios. Sin embargo, tenía hernias en el cuello, problemas del sueño, artrosis… Y me pidió ayuda, que investigara en el mercado anglosajón en busca de algo que le pudiera ayudar. Topé con el CBD. Y le fue tan bien que dije: ‘¡Aquí hay algo!”, rememora. Así nació ProfesorCBD en octubre de 2018.

Sin embargo, insiste, no son médicos ni terapeutas: “Este camino lleva, básicamente, a depositar ese granito de arena en el deseo de sentirse un poco mejor ante problemas cotidianos y comunes de la vida moderna”. Sus productos no usan claims de salud ni forman parte de la categoría de medicamentos, sino que encajan con una visión holística del bienestar. Famosas como Jennifer Aniston, Kim Kardashian o Olivia Wilde se declaran fervientes consumidoras. Las autoridades sanitarias sostienen que el CBD no implica riesgos para la salud (salvo casos rarísimos de una ingesta exacerbada) ni genera ningún tipo de adicción o colocón. En diciembre de 2020, el Tribunal Superior de Justicia Europea zanjó que no se trata de un estupefaciente. Hasta el acné (el de la mascarilla y el de siempre) encuentra en el cannabidiol un antídoto eficaz. “Es seborregulador e hidratante, por lo que, combinado con otras moléculas, genera faciales maravillosas”, recita Iribarne. Pumba estaría orgulloso.

 
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