La Costa Blanca critica el recelo que genera al turista el mensaje de la mascarilla obligatoria en la playa

Alicante

El sector turístico de la Costa Blanca lamenta la mala imagen que, en pleno corazón de la Semana Santa, se transmite al visitante con la obligación de usar mascarilla en todo el territorio español, que ayer se publicó en el BOE. Consideran que medidas como ésta "son puntillas" que día a día se van sumando a la deriva del sector.

Aunque en la Comunitat Valenciana la medida ya estaba en vigor, el Ayuntamiento de Benidorm recuerda que ellos ya solicitaron hace días que se eximiera del uso de la mascarilla en los arenales que, como allí, están perfectamente parcelados, en espacios de 4x4, y vigilados para respetar el protocolo COVID.

Pese a la dificultad y a la "incoherencia" de que en balcones próximos los vecinos puedan tomar el sol sin mascarilla pero no en las playas, con una delimitación mucho mayor, la medida se está cumpliendo, dice el alcalde de Benidorm, Toni Pérez. De hecho, este mismo jueves arrancaba en Benidorm un dispositivo municipal especial de cara a la Semana Santa.

En la misma línea, desde la Asociación Provincial de Hoteleros de Alicante, su presidenta, Victoria Puche, critica las suspicacias que provoca tanto al turista nacional como sobre todo al internacional, al que con esta nueva normativa se le lanza "un mensaje contradictorio sobre la seguridad sanitaria" de su destino. Lamenta igualmente que la consellera Barceló "llegue tarde", dice, con su petición de ayer al Consejo Interterritorial para poder quitarse la mascarilla en la playa si se guardan las distancias.

En todo caso, la previsión de ocupación para Alicante no supera el 35%, frente al 93% de media que se solía alcanzar en esta temporada, antes de la pandemia, y la presencia del turista internacional, que no arrancará con los touroperadores hasta mediados de mayo, será también "residual", apuntan.