"Yo creía en la inclusión, pero no, hay que derrumbarlo todo y volver a construir"
Cati Martínez es la madre de Marina, una niña de seis años con trastorno autista. Por motivo del Día Mundial de la Concienciación del Autismo, ha explicado su experiencia en 'A Vivir Baleares'
Día Mundial de la Concienciación del Autismo (3 de abril)
12:05
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Palma
Este viernes, 2 de abril, se ha celebrado el Día Mundial de la Concienciación del Autismo, un trastorno que afecta al desarrollo del cerebro y que puede derivar en problemas de comunicación, interacción social o de conducta. Cati Martínez es la madre de Marina, una niña de seis años que padece este trastorno autista, con un 56% de discapacidad. En los micrófonos de la SER ha explicado que el autismo apenas tiene visibilidad en la sociedad y ha lamentado que el sistema educativo no proporcione las herramientas adecuadas a los profesores: "Yo creía en la inclusión, pero no, hay que derrumbarlo todo y volver a construir".
Cada niño es un mundo, "no encontrarás a dos niños iguales". Martínez ha matizado que no a todos les afecta del mismo modo este trastorno. En el caso de su hija Marina, es una niña que no habla y que tiene problemas cognitivos y sensoriales, y su madre ha contado el ejemplo de que no nota la orina. Igualmente, la situación exige estar pendiente de ella las 24 horas del día, pues no conoce los peligros que pueden tener ciertas acciones.
Hasta la llegada de la pandemia del coronavirus, Marina acudía a un colegio convencional, y lo combinaba acudiendo algunos días a otro de educación especial y, por las tardes, a terapia. Sin embargo, el confinamiento lo cambió todo.
"Había una aplicación por la que los profesores mandaban deberes a toda la clase, pero ella no podía hacerlos. No puede hacer cuentas cuando está aprendiendo los números, y fue ahí cuando me di cuenta de que pasaban de ella", ha explicado.
Cati Martínez se muestra satisfecha con las leyes en España en términos de inclusión, pero en la práctica afirma que no es así, pues no se cuentan con las herramientas necesarias para que niños con este tipo de trastornos puedan aprender.
Esta situación, que ha derivado en que Marina acuda a un centro especial, sirve de argumento a Cati en el aspecto de la visibilidad, pues los pequeños con trastorno autista, ya de por sí con dificultades para relacionarse, no pueden a conocer a los demás niños. "Hasta que diagnosticaron a Marina el trastorno del autismo, yo pensaba en niños que se golpeaban contra las paredes porque no conocía ningún caso", ha apuntado.