María Moliner y las palabras
La Firma de Eva Calleja
"María Moliner y las palabras", la Firma de Eva Calleja
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Palencia
La pasada semana se celebraba el aniversario del nacimiento de una mujer excepcional que hizo una aportación valiosa y creo que no reconocida suficientemente a fecha de hoy.
Un 30 de marzo de hace 121 años, en 1.900, nacía María Moliner. Para definir lo que hizo tomo prestadas las palabras con las que la definió el premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez. Dijo: "María Moliner hizo una proeza con muy pocos precedentes: escribió sola, en su casa, con su propia mano, el diccionario más completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua castellana".
Para una enamorada de las palabras, como yo, la historia de esta mujer es una de esas pequeñas joyas que una no se cansa de conocer y también de dar a conocer.
El Diccionario de uso del español que escribió Moliner tiene dos tomos y cuenta con 3.000 páginas en total.
María Moliner decidió escribir su diccionario, en el año 1953, y se dedicó en cuerpo y alma a esta ingente labor que compatibilizaba con su trabajo de bibliotecaria.
Dicen quiénes la conocieron y compartieron vida con ella que tenía una capacidad de concentración tremenda y que aunque sus hijos correteaban a su alrededor ella no levantaba la cabeza de sus fichas, tan solo sonreía y seguía trabajando. Y así durante 15 años, que fue el tiempo que le llevó escribir este diccionario.
En su historia, una injusticia y una paradoja. La injustica es que aunque fue candidata para ocupar una silla de la Real Academia Española en 1972 no se la concedieron. Hubiera sido la primera mujer aceptada por la RAE.
Y la paradoja: un tiempo antes de su muerte, la creadora de este diccionario tan particular, sufrió arterioesclerosis cerebral lo que le provocó la pérdida de la memoria y del lenguaje. La mujer que había dedicado buena parte de su vida a las palabras se quedó sin ellas al final de su existencia.
Es la pequeña gran historia de una mujer excepcional que hoy quería compartir, aunque sea brevemente, con ustedes en esta época en la que muchas y muchos nos aferramos a las palabras, a los libros, para sobrellevar el tedio insoportable de una etapa en la que la mejor forma de viajar, vivir historias y experiencias es con un buen libro entre nuestras manos.
Por cierto que el pasado 21 de marzo se celebraba el Dia Mundial de la Poesía y por ello hoy quiero acabar con unos versos maravillosos de Mario Benedetti:
No te rindas, aun estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas, que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo...