Santa Catalina pide que se mantenga la vigilancia policial en el barrio
El tráfico de drogas y las peleas nocturnas, que han desaparecido de forma transitoria por el toque de queda, son los principales problemas de seguridad
Aranda de Duero
El barrio de Santa Catalina pide a la Policía Nacional que no baje la guardia en lo que se refiere a la vigilancia y a su presencia en esta zona. Así se lo transmitieron a sus mandos los responsables de la Asociación de Comerciantes y de la Asociación de Vecinos en una reunión de trabajo que mantuvieron este martes en la sede de esta última.
En este encuentro todos estuvieron de acuerdo en que la venta y consumo de drogas es uno de los males que no hay que dejar que siga aumentando por el perjuicio que implica para quienes caen en estas adiciones y por una cuestión de seguridad y bienestar para el resto de los vecinos. El presidente de la asociación de vecinos entiende que no es un problema alarmante, pero es evidente que existe. “Trapicheo de droga hay y consumo también, tampoco es alarmante, pero no es agradable ni saludable pasar por sitios donde este ambiente”, expresa Antonio Adeliño, que aunque insiste en que Santa Catalina puede considerarse un barrio seguro, habla también del mal ambiente que implica para una parte de los vecinos algunos grupos que parecen haber tomado la calle Pizarro como lugar permanente de reunión y que disuade de transitar por ella a determinadas personas. “Están siempre los mismos lugares y pasar por esa acera da respeto a cierta gente: aunque a otros no nos afecta para nada, entiendo que hay gente mayor o chicas que tal vez tienen sus reparos, pero no es una inseguridad palpable de decir yo por ahí no paso ni muerto”, comenta el presidente.
En este encuentro estuvieron sobre la mesa otros problemas, como los botellones en la vía pública, parques y espacios de recreo. También se habló de actos vandálicos, como quema de contenedores, destrozos en vehículos, rotura del mobiliario urbano o pintadas de fachadas y de las alteraciones del descanso nocturno por fiestas en viviendas, voces a deshoras en la calle o acelerones y carreras de vehículos o las peleas callejeras nocturnas, que han desaparecido últimamente por el toque de queda. Para seguir avanzando en cuestión de seguridad ciudadana, la asociación de comerciantes, por su parte, insistió en la necesidad de agilizar los planes que parece que existen por parte del Ayuntamiento de instalar cámaras de seguridad en los puntos más conflictivos. “Hemos hecho hincapié en el tema de la ley hasta dónde nos podría permitir el tema de las cámaras, no solo ya en los comercios sino también en zonas conflictivas nocturnas y el hecho de poner esas cámaras en esas zonas entendemos que podía ser muy positivo”, señala Juan Carlos Quintana, el presidente.