La yenka de la inmigración

Las Palmas de Gran Canaria

El delegado del Gobierno en Canarias defendió hoy, con una rotundidad poco común en él, los datos sobre el número de migrantes que están en Canarias, para rechazar que esta tierra se esté convirtiendo en isla-cárcel para quienes llegan en pateras. Anselmo Pestana insistió en la objetividad de los datos para desmentir este hecho: han llegado 29.000 personas en año y medio y quedan 4.700, dijo.

Un día antes, otra representante del Estado, la directora general de Inclusión y Atención Humanitaria elevó esa cifra a 9.000. Y, en la misma entrevista, María Teresa Pacheco la rebajó minutos después a 5.000 migrantes que aún permanecen aquí.

Esta mañana, fue el propio presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres quien recurrió a los números para respaldar la misma tesis de que no se retiene a las personas en las Islas. Y cifró en 7.000 los que aquí siguen.

Cuatro cifras distintas en poco más de 24 horas. Un baile de número, una auténtica yenka, que pone en evidencia que el problema con los datos de la migración a Canarias no es de falta de objetividad. Sino de falta de trasparencia. Hasta el punto que ni las propias autoridades saben, a ciencia cierta, cuántos migrantes hay ahora mismo en Canarias.