Jóvenes gitanos de Santander: "Creímos que siempre tendríamos trabajo en el mercadillo, pero nos equivocamos"

Santander

Es 8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano. Con motivo de esta fecha hemos conversado con dos jóvenes gitanos que están participando en un programa de inserción laboral que organiza la Fundación Secretariado Gitano.

El objetivo es que a lo largo de este curso que se desarrolla hasta junio en Santander, los doce participantes puedan adquirir habilidades complementarias que les ayuden a encontrar un empleo.

Flor López, profesional del ámbito del Coaching, la formación y la Innovación Social, es quien imparte este curso en el que se dan nociones fundamentales de cara a buscar un empleo tales como, competencias de desarrollo personal, digitales o de comunicación. También se imparten conocimientos sobre como controlar el lenguaje gestual en una entrevista de trabajo.

Los participantes son todos jóvenes de etnia gitana menores de 30 años, la mayoría tienen primer o segundo ciclo de la ESO y todos tienen ganas de trabajar. Está enfocado específicamente para que adquieran habilidades como auxiliar de atención al público. Se imparten las principales técnicas de venta, tipología de clientes, gestión de las emociones, resolución de conflictos, PRL y fomento de las competencias básicas para el empleo.

Ana tiene 18 años y está participando en este curso. Acabó sus estudios de la ESO y quería seguir formándose consciente de que es la única vía de alcanzar un puesto de trabajo. Considera que si hay tanto fracaso escolar entre los jóvenes gitanos es porque en ocasiones tienen una autoestima baja y creen que no pueden llegar a determinadas profesiones, en parte porque desde el pueblo gitano se siente así y en parte porque la misma sociedad parece tener esa misma creencia.

Daniel tiene 23 años y no acabó la ESO, considera que los jóvenes gitanos tradicionalmente en un elevado porcentaje siempre han tenido opciones de dedicarse a la venta ambulante. Eso hace que muchos no necesiten esforzarse por sacar una titulación y elijan la opción de continuar en el negocio de sus familias. Sin embargo, la crisis de la pandemia que tan duramente ha afectado a los vendedores ambulantes ha puesto de manifiesto que este trabajo no era tan seguro como parecía.

Ahora este joven está acabando sus estudios de la ESO y complementándolo con más formación. Es consciente de que necesita prepararse lo máximo posible para competir en el mercado laboral.

Los dos jóvenes saben también que juegan con algo de ventaja frente a otros ya que ambos tienen experiencia en el mundo de las ventas y de la atención al cliente y saben que conseguirán su objetivo.

En el curso se trabaja también la capacidad de creer en uno mismo y de lograr la seguridad necesaria para afrontar las complicaciones que vayan surgiendo hasta lograr el objetivo.

Este es el tercer año que se desarrolla este curso, en el primero la mitad encontraron un empleo y el pasado año, a pesar de las circunstancias de la pandemia, algunos también salieron con un trabajo.