"Los mayores de 60 pueden ponerse la vacuna de AstraZeneca con confianza; no puedo decirles lo mismo al resto"

Aranda de Duero

¿Por qué ahora se destina la vacuna de AstraZeneca a los mayores de 60 años? ¿Con qué garantía cuenta este grupo de edad de que la vacuna es segura? ¿Qué peligros existen y en qué grupos de edad? ¿Qué riesgos reales tengo que tener en cuenta si decido vacunarme? Son algunas de las preguntas que estos días se repiten entre buena parte de la población. Aunque estamos comprobando que no hay nadie que pueda, en este momento, dar una respuesta contundente al 100%, en este caso, en el que los bandazos y la descordinación en las decisiones políticas provocan la sospecha y la perplejidad en la ciudadanía, la ciencia es el último de los refugios a los que podemos acudir para encontrar algo de luz.

En Radio Aranda Cadena SER hemos contado con la solvencia del análisis que, con los datos disponibles hasta el momento, ha llevado a cabo el científico ribereño Miguel Angel del Pozo, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, y médico inmunólogo. El análisis de los datos que ofrecían algunos países como Gran Bretaña o Noruega, entre otros, le llevó a una conclusión previa que ha ido revisando y confirmando a medida que se conocían más detalles: los efectos adversos más graves de la vacuna de Astrazeneca, reconocidos ahora y calificados como muy raros, como son un tipo muy específico de trombosis, no se producen con la misma frecuecia en todos los grupos por edad y sexo, sino que aparece más en mujeres de menos de 60 años, y con bastante más frecuencia entre los jóvenes, disminuyendo su impacto a medida que aumenta la edad hasta que no hay casos confirmados a partir de 60 años. Miguel Angel del Pozo propuso en sus redes sociales la vacunación con AstraZeneca para los mayores de esa edad antes de que las autoridades españolas tomaran esa decisión.

En esta entrevista nos explica cómo llegó a la conclusión, pero sobre todo, cómo la ciencia es fundamental para tomar decisiones más eficientes y seguras. Y, sobre todo, para que la ciudadanía tome sus propias decisiones de una manera libre e informada.