El dueto Igea-Casado

León

A todos los efectos, la política sanitaria de castellanos y leoneses la deciden desde hace tiempo la consejera Verónica Casado y el vicepresidente Francisco Igea, su valedor en la actividad pública. Ambos son licenciados en Medicina y ambos están en el gobierno de Mañueco representando al partido Ciudadanos. Esto último no se sabe por cuánto tiempo.

La crisis del partido naranja y la movilidad escénica en las derechas españolas han colocado a estos dos importantes cargos del gobierno regional en una situación de especial inestabilidad emocional. De mantener a lo largo de la pandemia una actitud de serenidad en las decisiones, el dueto Casado-Igea ha pasado en los últimos meses, semanas, a practicar una política de pandereta que nada tiene que ver con la ciencia y la razón.

Tal vez, el hacer méritos para obtener un buen carné de militante del Partido Popular sea el motivo principal que guíe sus pasos hacia una estéril confrontación con el gobierno de España en materia sanitaria.

Lo hicieron en el adelanto del toque de queda que los tribunales declararon ilegal. Y han vuelto a repetirlo con la suspensión unilateral de la vacunación programada con el antiviral AstraZeneca, sin más criterio científico que una información entresacada de un medio de comunicación italiano. Sin argumentos técnicos, es todo un despropósito que perjudica gravemente el normal desarrollo de vacunaciones, la salud y confianza de los ciudadanos y que abunda en más molestias al personal sanitario.

Las elecciones madrileñas, que tanto están removiendo el corazón político de las derechas nacionales, no debería contaminar con estas ayusadas el delicado espacio de nuestra salud. Si este dúo de médicos tiene problemas con su futuro político, que se los metan por donde les quepa y sin matarnos.