Fallece Tomás Yerro, escritor, profesor y Premio Príncipe de Viana 2019
También fue director del Servicio de Acción Cultural entre 1991 y 1995 y director general de Cultura entre 1995 y 1999
Pamplona
El escritor y profesor Tomás Yerro (Lerín, 1950), galardonado con el Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2019, ha fallecido este sábado.
Licenciado en Filología Románica por la Universidad de Navarra, fue catedrático de Bachillerato de Lengua y Literatura Españolas y profesor de la Universidad de Navarra, de la Universidad Pública de Navarra, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y de la Universidad para Mayores Francisco Induráin.
Columnista habitual en la prensa navarra, publicó en diversas revistas, fue el fundador y primer director de Ítaca, participó en la creación del Ateneo Navarro/Nafar Ateneoa y fue miembro del patronato de la Fundación Amado Alonso.
También fue director del Servicio de Acción Cultural entre 1991 y 1995 y director general de Cultura entre 1995 y 1999.
El Consejo Navarro de Cultura propuso en 2019 a Yerro para el premio Príncipe de Viana de la Cultura 2019 en reconocimiento a su aportación a las letras navarras como docente, investigador y divulgador, y lo consideró un "referente" para los autores navarros en los últimos veinte años.
El jurado tuvo en consideración la labor de Yerro "en las letras navarras en tres ámbitos como docente, investigador y promotor y divulgador de la literatura" especialmente "entre los colectivos más vulnerables de la sociedad".
En una ceremonia celebrada en Viana el 4 de mayo de 2019 el profesor Yerro recibió el máximo galardón de la Cultura de Navarra, el Premio Príncipe de Viana, como "un privilegio, un placer y una verdadera fiesta", aunque consideró que "el máximo acreedor" de los valores de este galardón fue en realidad su padre.
Ya entonces se encontraba enfermo y realizó un discurso de repaso a su trayectoria vital, en la que reconoció los valores aprendidos en la familia y en su pueblo, Lerín, y glosó su concepción de la cultura "como un modo de vivir humanizado, asentado en valores de respeto, convivencia, solidaridad y justicia", y no como una "simple y estéril acumulación de conocimientos o mero espectáculo".