El Logroñés coge más aire

Logroño

El Logroñés ha vuelto para estar de nuevo a la altura de la Segunda división española. Ha vuelto a tiempo para afrontar las últimas diez jornadas del campeonato con opciones renovadas de salvación tras una única victoria en 19 jornadas, o después de haber estado 12 encuentros seguidos sin ganar. A diez fechas del final ganó al Tenerife. Y a nueve de la conclusión, lo ha hecho ante el Mirandés.

1-0, 0-1... es el código binario que le permitió ganar seis encuentros seguidos en la primera vuelta, y que de momento le ha permitido sumar seis de seis, u ocho de doce para ahora mismo estar cuatro por encima del descenso con 39 puntos. Le restan ocho encuentros para el final de la temporada y las cuentas salen siempre y cuando sea capaz de sumar tres triunfos más sabiendo que se va a jugar media temporada en dos semanas, cuando reciba en Las Gaunas al Cartagena y después vijará a Castellón.

Pero lo hecho hasta ahora le permite trabajar con tranquilidad y confianza renovadas tras un muy buen partido en Anduva ante el Mirandés. Ganó por la mínima, pero tuvo al menos las necesarias para haberlo hecho con más renta, aunque sabiendo que en Segunda los rivales muerden y te pueden poner en peligro, como sucedió esta tarde de domingo en Miranda cuando a la hora de encuentro Roberto Santamaría, de nuevo titular bajo palos una vez recuperado de sus problemas físicos, salvó al equipo con una gran parada en un mano a mano con Cristo, que lo hizo todo bien, pero enfrente se encontró con un portero de Segunda a la altura de las circunstancias.

Tres minutos después, un Paulino ya adaptado a la categoría, se marchó de Berrocal y Vivian (salieron en el descanso tras dos sesiones de entrenamientos tras superar el Covid) para asistir a Olaetxea, que marcó a placer el que a la postre fue el gol de la victoria riojana. El Mirandés no inquietó a los riojanos en la recta final del encuentro, pese a la habitual emoción de los finales de partido cuando hay tanto en juego, y sumar así tres puntos de un valor incalculable para un equipo que sabe sufrirá hasta la última jornada de la temporada pero que está dispuesto al menos a seguir intentarlo con partidos tan bien jugados como el de esta tarde en Anduva.

Sujetados por Bobadilla (no jugará ante el Rayo) y Alex Pérez en defensa, y estructurados en el centro por el trabajo de Andy y Sierra, el resto depende de Paulino, brillante, Olaetxea, ejemplar, e Iñaki, como referente, que saben que por fin cuentan con un 9 que se parte la cara por todos. Nano Mesa trabaja el primero y ofrece alternativas suficientes para dar continuidad al juego de ataque de los riojanos. Pacheco volvió a jugar en la recta final para demostrar que tiene un punto superior a la media, y Roni se fajó durante los minutos finales para defender un resultado que alivia y revitaliza a un Logroñés que está a la altura del reto de mantener la categoría, de jugar la temporada que viene en Segunda división. Aunque lo más difícil está por llegar.