El Cabildo recurrirá a la vía más rápida para finalizar las obras del Polígono de La Campana
La corporación insular desoye la petición de Fepeco, que asegura que llevará el contrato a los tribunales si acaba en manos de la empresa pública Tragsa
Obras en el polígono de La Campana / Ayuntamiento El Rosario
Tenerife
El Cabildo de Tenerife recurrirá a la vía rápida para solucionar el atasco del Polígono de La Campana aunque las obras acaben en los tribunales. Pedro Martín se ha mostrado decidido ante las amenazas de la patronal de la construcción en la provincia santacrucera de presentar un recurso si finalmente se encomiendan las actuaciones a la empresa pública Tragsa. "Si el cabildo es denunciado, entiendo que Fepeco está en su papel y respeto la decisión que tomen, pero ahora mismo a mí lo que me toca es resolver cuanto antes el problema", ha asegurado el presidente insular.
El dirigente socialista también ha explicado que un equipo se encarga específicamente de intentar deshacer el tapón tras años de promesas inacabadas. Las obras fueron adjudicadas en un inicio a la empresa Construcciones Abaldo, sin embargo, quedaron paralizadas el pasado mes de enero tras conocerse diversas irregularidades en su ejecución. "Podríamos haber tirado para delante para quedar bien y que las obras quedaran finalizadas. En unos años comenzarían a tener deficiencias, a aparecer filtraciones. Pero somos responsables", ha incidido Martín.
Por su parte, el alcalde de El Rosario ha reprochado lo que considera una gestión desastrosa en el Polígono por parte de la corporación insular. "Quiero que las cosas se hagan bien de una vez (...) Ahora no valen prisas", ha exigido Escolástico Gil apuntando a las nuevas demoras que podría ocasionar un recurso de Fepeco ante los juzgados: "Si piden medidas cautelares, nos vuelven a parar la obra".
El efecto directo de este embrollo lo sufren a diario unas 700 empresas y más de 2.500 trabajadores. Iván Coello, propietario de un bar situado en La Campana, explica que "nos han prometido el oro y el moro y aquí sigue la cosa igual". En este sentido, reconoce que se han arreglado los peores desniveles, pero asevera que "sigue intransitable". En su caso, lamenta que "cómo está todo, quién va a coger un coche para comprar un bocadillo o echarse un cortado". La enrocada situación, incluso, ha llevado a algunos de los locales de la zona a tener que habilitar el servicio a domicilio para poder mantener a flote sus negocios.
