El doble calvario de los menores migrantes: de las travesías inhumanas a la criminalización

Tenerife

Ni los menores migrantes no acompañados son criminales ni acaban en macrocentros a modo de "aparcadero de niños". Son las principales conclusiones que ha demostrado en el Parlamento de Canarias, datos en mano, la presidenta de Quórum Social 77, una de las entidades que atiende a los niños y jóvenes albergados en recursos de la comunidad autónoma.

La ONG, representada por Delia García, asiste actualmente a 949 menores de dos nacionalidades mayoritarias, magrebíes y subsaharianos. Sin embargo, todos han llegado al Archipiélago en diferentes circunstancias. La primera individualidad aparece justo con la detección de enfermedades: "Tenemos niños con diabetes, con tumores y cáncer, cardiopatías, etcétera", detalla la responsable a la vez que explica su decisión de crear un centro de cerca de 50 plazas para atenderlos.

A esta especie de hospitalito, Quórum ha sumado otras dos instalaciones especializadas, una para jóvenes con trastornos de conducta y otra para niñas que arriban las Islas junto a sus hermanos, de las que se hacen responsables durante la travesía.

García ha señalado como al inicio de la crisis migratoria se intentaron generar recursos de tamaño mediano en los que pudieran permanecer en torno a 40 o 50 menores. Sin embargo, poco después "todo se desbordó". Tras más de un año de incesantes llegadas, García prevé una descongestión en los próximos meses por las reubicaciones y derivaciones a otras comunidades autónomas que se están produciendo. Asimismo, destaca cómo se han agilizado las pruebas para determinar la edad en las últimas semanas.

Respecto a los bulos xenófobos que recorren internet, Quórum ha negado "la brutal criminalización que se hace respecto a los perfiles de los menas". De los casi 1.000 jóvenes que atienden, 47 tienen problemas de conducta, 27 de adicciones y solo cuatro han acabado en cumplimiento de medidas judiciales por graves delitos.

Más de 2.500 menores han llegado en el último año a las Islas, pero la entidad busca espacio también para los que cumplen 18 años nada más instalarse o en circunstancias especialmente cruentas como la de un joven que se embarcó en "la patera de la muerte". García ha relatado como el chico de 17 años tuvo que ayudar a arrojar por la borda a seis de sus familiares fallecidos en el trayecto, lo que le produjo un severo traume psicológico.

Quórum ha puesto sobre la mesa tres alternativas para ofrecer una atención digna a estos jóvenes y que pasan por la implantar pisos tutelados específicos, por habilitar centros de día o por simular el sistema que ya ha activado Cataluña mediante planes de acogida en familias.