Historias detrás de los números
Dos de las 129 personas integrantes de la lista del ERE de Tubacex comparten sus historias particulares tras su salida oficial de la empresa y 68 días después del inicio de la huelga indefinida
Tubacex, después de los despidos, sigue la movilización.
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Vitoria
Escucha aquí las historias de Iker Etxebarria y Naiara Olabarrieta, dos de las personas trabajadoras de Tubacex que el pasado jueves fueron despedidas de la empresa en el marco del ERE que ha supuesto la salida de 129 trabajadores y trabajadoras de factorías del Valle de Ayala.
Tubacex, después de los despidos, sigue la movilización.
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Naiara llevaba ya 19 años en la firma y, aunque oficialmente ya no forma parte de ella, afirma que sigue sintiéndose una más de la plantilla, como su marido y su hermano que no figuraban en la lista de despedidos. Iker entró hace casi 17 años en la empresa en la que su padre, al igual que el de Naiara, se había jubilado. Y ese era también su plan -cuenta- pero se ha cruzado esta situación.
Tras 68 días de huelga indefinida, continúan con los piquetes frente a las porterías a lo que se suma el inicio de los trámites burocráticos en el caso de quienes han sido despedidos y aún hay un frente más abierto: el de la familia -dice Iker- a la que hay que intentar transmitir un mensaje de optimismo y de empuje.
Tanto Iker como Naiara creen que Tubacex tiene futuro, que es posible reconducir la situación, salir adelante y mantener en el valle una oportunidad de trabajo digno. Poniéndose en el peor de los escenarios, Naiara asume que -con tantas personas en paro a la vez en Ayala- sería complicado retomar una vida laboral como la que han tenido hasta ahora, pero que con ganas y coraje seguro que saldrían adelante. De momento, y con el apoyo ciudadano que agradecen, su esfuerzos se centran en un objetivo: conseguir la readmisión del total de compañeros y compañeras.
