¿Hacia dónde queremos ir como ciudad?
La firma de Ángel Tejada, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales

Cadena SER

Albacete
Las entidades, ya sean públicas o privadas, tienen que gestionarse definiendo cómo quieren que sea su situación futura y qué objetivos se quieren alcanzar.
Por ello, cualquier ciudad debería tener un plan estratégico que señale los aspectos prioritarios para su futuro, consensuando el modelo de ciudad que quiere e integrando a la ciudadanía en la definición de ese modelo.
Estos últimos días se vuelve a oír hablar en Albacete de peatonalizar el centro de la ciudad y cuáles podrían ser los efectos que tendría.
Aunque me gustaría que toda esta problemática estuviese recogida en un plan estratégico de la ciudad, desde mi punto de vista, esta decisión es básica si que quiere fomentar un cambio en el modelo de movilidad urbana, si se quiere reducir la huella ecológica del municipio y si se quiere luchar contra el cambio climático.
Debemos ver la decisión de peatonalizar y reconvertir el centro de la ciudad como algo mucho más profundo que el mero hecho de reorientar el tráfico rodado y limitar el acceso a determinadas calles.
Es necesario actuar para generar ventajas competitivas en el centro de la ciudad, convirtiéndolo en un polo de atracción para nuevos negocios y un lugar amigable para la ciudadanía.
Por ello, creo que es necesario elaborar un plan estratégico comercial que permita colaborar con las estructuras comerciales existentes, creando canales para el diseño de implantación de medidas y actuaciones de apoyo, potenciando la dinamización de los espacios públicos y la interrelación entre los vecinos y comerciantes.
Todo ello permitiría implementar herramientas de innovación en el comercio, favoreciendo el comercio de proximidad, desarrollar acciones de promoción e imagen que permitan mantener y mejorar la posición de Albacete como referente comercial en Castilla-La Mancha y coordinar actuaciones con el sector turístico y cultural de la ciudad.
Este paso puede suponer un antes y un después del eje comercial del centro de la ciudad.
Deberíamos fijarnos en ejemplos concretos para que nuestras calles sean saludables, sostenibles y vibrantes. Algunos proyectos, como las cafeterías al aire libre o las exposiciones de los comerciantes en las aceras, añaden dinamismo e interés visual al centro de la ciudad. Otros, como las ferias callejeras, los artistas callejeros y las calles de juego, funcionan en determinados momentos del día o del año. Estos eventos y acontecimientos añaden vida, enriquecen nuestro paisaje cultural y nos conectan con los flujos y reflujos de las estaciones.
Creo que deberíamos intentarlo. Merece la pena.




