El Sporting recupera sensaciones, pero sigue sin ganar
La falta de puntería del equipo rojiblanco, que fue de más a menos, impidió que pudiera pasar del empate a cero en La Romareda
Gijón
La evidente mejora de sensaciones del Sporting en La Romareda no se tradujo en una victoria que se hacía necesaria para despejar definitivamente las dudas y consolidar las aspiraciones rojiblancas. El punto, que se espera que sea de inflexión, fue el botín que se llevó un Sporting que fue de más a menos. Tras una primera parte interesante en la que solo faltó algo de acierto de cara a gol, el equipo gijonés se fue diluyendo, dejando de nuevo esa sensación de incapacidad para meterle una marcha más al partido para resolverlo a su favor. La suma de un punto de doce posibles es un balance pobre y aunque por ahora el equipo sigue quinto, estará obligado a mirar por el retrovisor ante los pasos cada vez más amenazadores de un Girona que, si gana el domingo en el Tartiere, se pondrá a solo dos puntos.
Quizás espoleado por la derrota en el derbi y sus consecuencias, el Sporting saltó al césped de La Romareda con un espíritu diferente, vestido con sus colores (se ve que LaLiga ha actualizado estos días el Kit Selector, el programa que esta vez sí permitió al equipo gijonés jugar de rojiblanco) y una alineación aparentemente más razonable. Volvían el ímpetu de Guille Rosas, frescura al mediocampo con Gragera, Borja López al centro de la defensa y Manu García a jugar donde debe. No funcionaron tan bien las bandas, con Aitor García en su línea de total desacierto de esta temporada y Nacho Méndez algo más atinado pero no lo suficiente.
El Sporting marcó los tiempos en la primera parte y, a diferencia del derbi, sí tradujo su dominio en ocasiones. Se encontró con tres problemas recurrentes: el momento de sequía de Djuka, la falta de alternativas a la hora de marcar (se acaba LaLiga y no hay mejora en esa faceta) y la tradicional parada de Cristian Álvarez, acostumbrado a fastidiarle los planes al Sporting. Esta vez el guardameta brilló en una gran intervención a un disparo de Djurjdevic un tanto forzado pero que buscaba amenazante el palo contrario.
Era la cuarta ocasión de gol del Sporting, pero también la última. Y eso que quedaban por delante cuarenta minutos. El equipo se fue diluyendo, sin que las soluciones aportadas desde el banquillo fueran capaz de alterar un guion que, en los partidos del Sporting, siempre parece más o menos establecido. Si acaso, algún arranque de Cumic por banda, que no fue más allá.
Lo bueno de La Romareda es que el equipo dio otra imagen y que ha roto la dinámica perdedora de los partidos anteriores. Lo malo, que sigue sin ganar y que sus problemas de cara a gol le siguen lastrando.
David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...