La extrema derecha es contagiosa
La Columna de Carlos Arcaya: «La extrema derecha es contagiosa»
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Alicante
La extrema derecha está desatada. Siempre lo mismo, aquí y en Pernambuco. Discurso del odio, intolerancia y problemas inventados para meter miedo y ofrecer su receta: ley y orden. De Trump a Abascal. Nada nuevo. Un discurso que alienta a otros, también, bastante radicalizados.
Por ejemplo, el alcalde de Busot, Alejandro Morant, quien pone en duda las amenazas que han recibido el ministro del Interior, la directora general de la Guardia Civil y Pablo Iglesias. Como es reincidente, ya sabe como funciona la cosa: lanza el mensaje y luego le obligan a rectificar y a borrarlo de las redes.
O la 'sin par' concejala Julia Llopis, que confunde unas telas de colores con la bandera republicana y pide la dimisión del conseller de Educación, Vicent Marzà, por aleccionar a los niños y niñas con símbolos "anticonstitucionales".
Como elefante en cacharrería, emitió una nota informativa que era un puro delirio. Los papás y las mamás del Voramar -con razón- se suben por las paredes. Los sesgos cognitivos le llevan a confundir a Llopis el naranja con el rojo. Y por cierto, la bandera de la República no es un símbolo anticonstitucional, se lo podría explicar algún jurista. En todo caso preconstitucional. Y mientras tanto, la comunidad educativa alicantina, en pie de guerra y anunciando movilizaciones.
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