El anciano acusado de matar a su mujer enferma de Alzheimer dice que lo hizo "por amor" para no verla sufrir
Las hijas, que visitan al padre en la prisión, defienden que fue un crimen "por compasión"
Córdoba
El hombre de 95 años acusado de matar a su esposa, de 86 años, en su domicilio de Iznájar el 29 de noviembre de 2019 ha reconocido los hechos en el juicio con jurado que se ha celebrado hoy en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba. Y ha asegurado que lo hizo "por amor" y porque "me enloqueció verla en la situación en la que la veía". La mujer padecía Alzheimer avanzado. También ha asegurado que pensaba quitarse la vida después. Desde entonces, el acusado está en prisión provisional.
La Fiscalía, apoyada por la acusación popular ejercida por la Junta de Andalucía, pide 24 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento y el agravante de parentesco. La Defensa pide atenuantes por su edad, la prisión provisional ya cumplida y otros aspectos como la falta de una motivación vinculada a la violencia de género. Las hijas del matrimonio no se han personado en la causa y han insistido en este argumento.
"Quise también terminar conmigo porque sin ella la vida no tenía sentido", ha dicho el acusado textualmente esta mañana en el juicio. Y ha añadido que habían pasado "61 años de convivencia y la enfermedad maldita me destrozó".
Los forenses han ratificado que su esposa murió por hemorragia externa a causa de las lesiones y heridas provocadas por arma blanca: 42 de ellas en la cabeza, 2 de ellas más profundas. Y 2 heridas más en el cuello, según la autopsia. Aunque los dos forenses que han intervenido en el caso coinciden en que lo determinante fue el número, más que la gravedad de las heridas, lo que provocó la muerte.
Las dos hijas del matrimonio han sido llamadas como testigos aunque solo una de ellas ha declarado. Ha sido la hija que en ese momento estaba acompañando a sus padres en casa, ya que su madre se estaba recuperando de un ingreso hospitalario por una herida en un pulmón. Los hechos ocurrieron en la habitación en la que la víctima dormía después del almuerzo, donde el acusado decidió quedarse, según la hija. Ésta fue más tarde a la habitación para la merienda y se encontró a su madre ensangrentada y a su padre sentado en la otra cama del dormitorio. También encontró el cuchillo con el que la había apuñalado y lo llevó a otra estancia del domicilio, tal y como indicó a la Guardia Civil.
La hija ha defendido a su padre y ha negado que se trate de un caso de violencia de género. "Sabemos lo bien que se ha portado con mi madre. Si fuera otra cosa no le miraría a la cara", ha asegurado. La segunda hija llamada a declarar, y que vive en la parte superior de la vivienda, no fue testigo del suceso.
Esta segunda testigo, que vive en la planta superior de la vivienda de sus padres, no ha querido declarar al no presencial el caso. Pero sí se ha referido a lo ocurrido como un "acto de compasión". La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género lo confirmó como tal días después de los hechos.
También han declarado hoy el vecino al que acudió la hija tras el suceso y efectivos de la Guardia Civil que atendieron el caso y realizaron la inspección ocular.
María José Martínez
Directora de Informativos de Radio Córdoba. Mi trabajo mira especialmente hacia la igualdad, la sociedad...