El balonmano es otra cosa

Logroño

No es la liga Asobal. Ni es Gonzalo Pérez de Vargas. Pero Íñigo Muguerza puede alardear, como el portero del Barcelona, que ha recibido la ovación cerrada en un pabellón tras una intervención memorable.

Ocurrió en Navarrete en el partido entre el equipo local y el Elgoibar, donde milita Muguerza, en Primera Nacional. Mediada la segunda parte, el portero vasco debió emplearse a fondo para hacer no una ni dos si no hasta tres paradas consecutivas en la misma jugada. Y su intervención, de gran mérito, no solo despertó la alegría de su banquillo sino también del rival y del público que animaba en el recién estrenado polideportivo María Ramírez de la localidad riojana de casi 3.000 habitantes.

"Fue un placer", reconoce el protagonista, a pesar de que su equipo no pudo llevarse la victoria. "Queríamos dedicársela a nuestro entrenador, que había fallecido hace unas semanas", señala. Pero se queda con este pequeño momento para la gloria. Más aún cuando venía de recuperarse de una grave lesión que le había tenido apartado de su deporte favorito unos cuantos meses.

¿Y qué dice la afición rival? "En este deporte se aplauden los aciertos, vengan de donde vengan", reconoce el presidente del BM Navarrete, Víctor Bru. "Fue una intervención de gran mérito y así se lo dijimos cuando acabó el partido y estaba un tanto cabizbajo".

Navarrete venció en este partido. Elgoibar hizo lo propio en la primera vuelta. Pero ambos equipos, Navarrete y Elgoibar, están unidos por una historia que bien merece un aplauso para todos. Afición incluida.