Arte contemporáneo y puestos de caracoles
"Arte contempo y puestos de caracoles".Firma de opinión de Marisa Vadillo
02:48
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1619608488_356988/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Córdoba
El arte es una herramienta de futuro. Una herramienta que se nutre del pasado, construye el presente y anticipa el futuro. El arte contemporáneo no es complaciente, no quiere alegrarte la vista, no quiere que identifiques como verdadero aquello que reconoces fácilmente a través de la mirada; quiere estimular tu pensamiento, no le interesa lo más mínimo la retina de tus ojos, no te quiere maravillar con trucos como el sombreado, la forma o el color. No te muestra la apariencia de las cosas sino su esencia. Para consumir arte contemporáneo, es imprescindible que conozcas algo de su lenguaje específico, de su código. Rechazarlo por no entenderlo equivale a rechazar el cine por no conocer su proceso artístico. Además, el arte contemporáneo, te pide que quieras jugar y aceptar que la obra es significado, que desde hace un siglo no es sólo materia ni habilidad técnica.
En estas décadas el arte plástico se ha vuelto significado y poesía en la que, su potencia, es más imprescindible que lo que muestran las palabras por sí solas. Que hace décadas que él juega en otra liga y que, si quieres jugar con él, tienes que aceptar sus reglas. Shklovski hablaba de ese objeto artístico que viene a ‘extrañar’ nuestra realidad. Y no, lo siento, eso no lo hace tu niño tan fácilmente. Todos sabemos escribir, pero hay que ser un premio Nobel para explicar en, tan sólo ocho palabras, la potencia sentimental de la frase: “Puedo/escribir/los/versos/más/tristes/esta/noche”.
Todos sabemos leer y escribir desde pequeños, pero eso no nos convierte en Neruda. Todos dibujamos cuando somos niños, ¿quizás por eso todos opinamos de arte sin saber nada de él? ¿Opinamos con la misma insensatez sobre cuestiones de química, matemáticas, biología, sobre operaciones de cirugía, trasplantes, inteligencia artificial…?
El gran arte contemporáneo es clásico, al igual que el clásico siempre será contemporáneo, pero el uso del mismo, de los discursos culturales, por parte de las diversas ideologías políticas que no están formadas en esta materia, la contaminación en nuestro patrimonio cultural por parte de la política ignorante, no hace más que despiezar al ser humano, vulnerarlo y prostituir a su antojo nuestra condición más original y crítica. ¿Cómo se plantea usar los edificios públicos que tienen unos estatutos en su funcionamiento, creados para un fin, con comisiones que velan por el cumplimiento de buenas prácticas profesionales … de un modo caprichoso, como si les perteneciera a unos y a otros? ¿Qué va a pasar con el C3A -proyecto andaluz, que no cordobés- cuando Jaén, Málaga, Huelva o cualquier otra ciudad andaluza quiera mostrar su pasado, sus productos gastronómicos o su cultura en él?
Excusarse en criterios populares, en número de visitantes, nos puede llevar a considerar a Belén Esteban como un genio de la escritura. Belén Esteban, esa que vende tres veces más libros que Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura en 2010. Ojo a estos criterios.
Así, no nos queda otra que apostar por criterios de calidad y por la pedagogía del arte contemporáneo a largo plazo… a no ser que, lo que en realidad siempre se ha querido es que fracase ese proyecto, y así poder convertir ese C3A en una zona de juegos infantiles, con bares, puestos de caracoles y zonas de aparcamiento… para asegurarnos rápidamente su éxito masivo, a cualquier precio.