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Cuando hace 40 años Álava ganó la Copa del Rey de Pelota

Recordamos la Copa del Rey de Pelota de 1981, en la que Álava se llevó el trofeo, al ganar dos finales.

Selección alavesa de pelota en Segovia / Iñaki Armentia

Vitoria

Nos situamos en 1978, año en el que la competición de aficionados más importante de la pelota vasca era el Torneo de Federaciones. La competición tenía carácter estatal y en ella se disputaba una liga a doble vuelta en varias modalidades de mano y herramienta en la que participaban selecciones provinciales. Una vez de finalizada la liga, el torneo daba paso a una fase final que se celebraba en una sola sede, con la disputa de las semifinales por parte de los cuatro primeros clasificados en cada modalidad cuyos vencedores accedían a las finales.

PROPUESTA

En octubre de 1978, la Federación Alavesa de Pelota presidida por Javier Arrizabalaga Yoldy, celebró una asamblea de clubs en la Casa del Cordón de la calle Cuchillería con un único tema a debatir en el orden del día.

El presidente propuso que su Federación dejara de participar en aquella competición, en base los gastos cuantiosos gastos que suponía, y propuso que esa liga fuera sustituida por otra, protagonizada por los clubs, que sería más beneficiosa pues intervendrían más pelotaris.

 En aquella asamblea, no solo estuvieron los representantes de las entidades deportivas, que eran los que tenían derecho a voto, sino también aficionados, exdirectivos y pelotaris, e incluso algunos pelotaris que habían sido profesionales. A varios de estos últimos no les sentó nada bien la propuesta y se produjeron acaloradas intervenciones a favor y en contra de la propuesta, discusiones que continuarían en la calle, tras la correspondiente votación. Celebrada esta, el resultado fue de 24 votos a favor de no disputar la competición, 4 en el sentido de continuar jugándola, y 2 abstenciones.

 En días posteriores Arrizabalaga recibió fuertes presiones para que no ejecutara el resultado de la votación y que, por tanto, se continuara interviniendo en la competición del Torneo de Federaciones. A pesar de ser firme defensor de una competición por clubs, finalmente, tuvo que ceder y Álava continuó como participante. El presidente, sin embargo, puso una condición para la participación.

Hasta entonces la preparación física de los pelotaris se realizaba con el criterio que cada uno de ellos consideraba adecuado, y los entrenamientos se circunscribían únicamente a la preparación técnica. Pues bien, Javier estableció la obligatoriedad de que un preparador físico pusiera a punto a los pelotaris. El elegido para este apartado fue Ricardo Espinosa, uno de los mejores técnicos en la materia entonces.

LA COPA DEL REY

En el Torneo de Federaciones de 1981, además de la indudable calidad de los pelotaris y los acertados consejos de los “botilleros”, tuvo su influencia la preparación física.

Álava accedió a las semifinales de mano individual, mano parejas y cesta punta, cuya fase final se celebró en Segovia entre el 18 y el 21 de junio.

En mano parejas no pudieron acceder a la final los alaveses Eguino y Marañón, que fueron derrotados por los vizcaínos Zarandona y Castillo por 22-14, tras estar empatados en el marcador a 14 tantos. Una dura resistencia en la primera parte del partido con dos pelotaris que lo “llevaban todo”, no fue suficiente.

Semifinalistas de la mano parejas / Iñaki Armentia

En las otras dos modalidades se logró pasar a disputar la final, eso sí, no con pocas dificultades, tras tener que remontar un marcador con inicios adversos.

En mano individual el alavés Garaita venció al vizcaíno Presa por 18-15 tras comenzar el partido muy desacertado y retrasado en el marcador, perdiendo por 5-11. Tras una recuperación fulgurante, logró acercarse hasta un 14-15, y desde ahí directamente, con cuatro tantos seguidos, lograría ganar el partido.

En cesta punta, el joven Alberdi y el veterano Areitio derrotaron a los catalanes Pujol y Sarcia por 40-37. Aquí hubo una remontada final espectacular, ya que tras estar perdiendo los alaveses por 34-37, se fueron directos al cartón 40.

GARAITA

Luis Fernando Garaita, el pelotari finalista en mano individual, era natural de Legutio y se había formado deportivamente desde niño bajo la dirección de José Luis Armentia, presidente del club de esa localidad alavesa durante varias décadas.

No había podido participar en la fase final del torneo del año anterior, celebrado en Donostia-San Sebastián, al sufrir una lesión importante en la columna vertebral. Por ello, tuvo que ser sustituido por el aguraindarra Eguino, que consiguió la txapela de campeón ante el navarro Etxandi. Contó con los oportunos consejos del botillero Marcelo Zerain, notable pelotari en sus años mozos y padre del montañero Alberto Zerain Berasategi, desaparecido junto a Mariano Galván, a causa de una avalancha durante el intento de ascenso al Nanga Parbat.

Eguino campeón en Donostia / Iñaki Armentia

Garaita, que apenas podía caminar por la lesión, fue operado por el doctor José Antonio Apraiz Oar, el que fuera presidente del Baskonia de baloncesto. Tras aquella exitosa intervención, se había recuperado totalmente y estaba con ganas de demostrar que era el mejor, ganando la final de Segovia.

Garaita en el Hospital / Iñaki Armentia

Disputó el título con el navarro Fernando Arretxe, que era el favorito según la cátedra; un duro contrincante, que con los años sería una figura destacada que ganó el título mamomanista profesional en 1994 y 1997.

El inicio del partido fue francamente negativo para el alavés con un 4-11 en su contra. A esas alturas Alberto Bengoa, su botillero, lo “llamó a consultas” e hizo una labor psicológica digna de un entrenador de la Champión League. Literalmente le dijo: “¿cómo estas jugando tan mal?; tú sabes que eres mejor que él y que le vas a ganar, así que explota y juega como sabes hacerlo.”

Convencido de que era superior a su contrario, la reacción de Garaita fue espectacular, y pasó a dominar el partido con un 16-11. El marcador se volvería a poner peligroso con acercamiento del navarro 17-16, pero finalmente obtendría el título estatal aficionado con un marcador final de 18-16.

Ricardo Espinosa, el preparador físico que algo tuvo que ver en aquella victoria, me explicó al final del partido que en el hotel había puesto a punto los músculos de Garaita para que disputara el partido físicamente en plenitud, y que a falta del material adecuado utilizó para los masajes jabón. No había en el presupuesto dinero para comprar las cremas adecuadas.

Garaita en la semifinal y en la final / Iñaki Armentia

Juan de Biasteri, escribió una frase sobre esta final, digna de reproducirse aquí: “Olvidan que en un partido mamomanista uno no juega lo que sabe, sino lo que le deja el contrario, y Garaita tuvo la virtud de no dejar jugar al navarro, que se defendió, dicho sea de paso, con una entereza admirable.”

Varios empresarios de la pelota profesional presenciaron esta final en la capital castellana y quedaron sorprendidos del partidazo de Luis Fernando, por lo que no dudaron en contratarlo.

Garaita con el trofeo de campeón / Iñaki Armentia

A lo largo de su carrera jugó varias eliminatorias del mamomanista de segunda en el campo profesional. Lamentablemente falleció en un accidente de tráfico y su pueblo, para que fuera recordado, acordó que el frontón de la localidad llevara su nombre.

ALBERDI Y AREITIO

La final de cesta punta fue la última que se disputó en el torneo y antes de jugarse este partido habían obtenido el título de campeones en una sola modalidad las siguientes federaciones: Álava, en mano individual; Rioja, en pala corta; Navarra, en mano parejas; Gipuzkoa, en remonte; y Catalunya, en pala.

Bizkaia, que era la contrincante de Álava en la final de cesta punta, había perdido en otras dos finales. La victoria significaría para los vizcaínos que podían llevarse finalmente un título y, para Álava, era la oportunidad de obtener la Copa del Rey, si ganaba el partido, al ser la única federación que conseguiría dos txapelas de campeón.

Los alaveses Alberdi y Areitio tuvieron como rivales a Irusta y Barruetabeña, que estuvieron adelantados 19-12, pero paulatinamente se fueron acortando las distancias, logrando los alaveses coger una ventaja en el marcador que parecía definitiva, 30-39. Cuando todo parecía resuelto, pues solo faltaba un tanto para ganar el partido, los vizcaínos se acercaron peligrosamente con un 37-39, pero finalmente la victoria fue para Alberdi y Areitio por 37-40.

Un seguidor alavés, presente en las dos finales, me dijo: ¡No hemos ganado para sustos!

Finalista de cesta punta / Iñaki Armentia

De esta forma Álava consiguió adjudicarse la Copa del Rey, que fue recogida por el vicepresidente de la Federación, Enrique Aguilar, con la consiguiente alegría de directivos, pelotaris y seguidores de nuestro territorio que se habían desplazado a Segovia y que aplaudieron a rabiar.

vicepresidente Aguilar con la Copa del Rey / Iñaki Armentia

Por su parte Garaita, Areitio y Alberdi recibieron el trofeo de campeones y la correspondiente txapela,estos dos últimos de manos de Pepe Iturmendi, que fue presidente de la Federación Alavesa en el periodo 1848-1852, que entonces tenía 77 años, y que fue un fervoroso aficionado mas, en aquellas finales.

La selección alavesa con los trofeos / Iñaki Armentia

Antón Areitio, con 33 años, zaguero de la pareja alavesa, era un veterano en la modalidad. Practicaba la cesta punta desde 1969 y en sus inicios tuvo que acudir a la localidad vizcaína de Durango y a otros frontones para entrenar, ya que no existió ningún frontón largo en Vitoria hasta 1975, año en el que se inauguró el complejo de Mendizorrotza.

Areitio fue precisamente el presidente de la Federación Alavesa de Pelota Vasca en el periodo 1985-1989, encabezando también el comité Organizador del X Campeonato de Mundo de Pelota Vasca, que se celebró en Vitoria-Gasteiz en 1986, y cuya competición fue ofrecida en directo por la televisión vasca resultando un éxito rotundo.

El delantero Alberto Alberdi era entonces un joven pelotari de 18 años con talento que se había formado en la cancha vitoriana del Olabe. Tras conseguir el título en Segovia recibió ofertas para pasar a profesional y jugar en EE. UU, pero prefirió terminar sus estudios universitarios. Eso sí, continuó en la cesta punta en el campo aficionado y quedó subcampeón en el mundial de Vitoria-Gasteiz, formando pareja con Patxi Fernández de Retana, quien hoy día dirige con un hermano el afamado restaurante Clarete de nuestra ciudad, situado en la calle Cercas Bajas.

El botillero de la pareja fue el padre de Alberto, un veterano palista curtido en las canchas y con gran experiencia que disputo campeonatos hasta avanzada edad.

Areitio y Alberdi padre e hijo / Iñaki Armentia

Debo hacer referencia también a los pelotaris alaveses suplentes preparados para sustituir en caso necesario, aunque finalmente no intervinieron en el campeonato. Hablamos de los manistas Gutiérrez (Legutio) y Errasti (Aramaio) y el puntista Astorga (Gasteiz).

Por cierto, no me resisto a contar una anécdota de aquellas jornadas en Segovia. En una cena a la que asistimos varios seguidores y en la que se encontraba presente Iturmendi, al que yo veía continuamente fumando cigarrillos. Le pregunté cuanto tabaco consumía y me respondió que dos paquetes al día. Tras el café, observé que se tomó una copa de coñac, la cual le ayudo a tragar dos optalidones. Le pregunté si tomaba las pastillas por algún problema de salud y me respondió que no, que tomaba la mezcla sencillamente porque le relajaba. Tenía 77 años, y estuvo entre nosotros hasta la 88 años. Me quede francamente sorprendido por las dos cosas.

Garaita e Iturmendi / Iñaki Armentia

RECEPCIÓN

Entonces la pelota vasca aficionada tenía un amplio eco en los medios informativos por lo que periódicos y radios locales dedicaron a esta victoria una amplia cobertura. Ángel Izaguirre dedicó en Radio Vitoria un programa especial de hora y media de duración el domingo que finalizó la Copa del Rey; Juan de Biasteri, que acudió como enviado especial de El Correo, ofreció amplia información, lo mismo que Tino Rey, desde Norte Exprés y Jesús Ecenarro en Radio Álava.

Iturmendia, Neboa y Aguilar / Iñaki Armentia

El lunes 22 de junio, la expedición alavesa ganadora de la Copa del Rey fue recibida y homenajeada en el Palacio Provincial por el Diputado General de Álava, Emilio Guevara, acompañado de Gentza Belausteguigoitia, teniente de diputado general y de otros miembros de la Diputación.

Garaita, Alberdi y Areitio lucieron sus trofeos y txapelas ante el máximo mandatario de nuestro territorio y recibieron un recuerdo de la corporación foral. Acudieron acompañados del presidente de la Federación Alavesa, Javier Arrizabalaga, y otros directivos y técnicos.

La victoria alavesa en la prensa / Iñaki Armentia

EL BOTILLERO

La palabra botillero, que aparece en este artículo, se refiere a la persona con experiencia y conocimiento técnico de la modalidad de pelota que aconseja al pelotari. Marca, entre otras cuestiones, la estrategia a seguir durante un partido, qué tipo de pelota le conviene utilizar para dominar el juego, solicita los tiempos muertos para que descanse y, aprovechando ese momento, da las instrucciones para corregir los errores. Es el “coach”, en este deporte vasco.

Botilla significa en euskera botella, y al botillero se le denomina de esta forma, porque antiguamente era el que, además de aconsejar, tenía una botella de cristal con agua que facilitaba al pelotari para calmar su sed.

El botillero y el pelotari / Iñaki Armentia

Una excelente fotografía de kutxateka.eus, nos muestra al pelotari Akarregi en el frontón de Eibar, echando un trago en un descanso de un partido, en la que también se ve a su botillero con la botella en la mano.

En contadísimas ocasiones, el agua era sustituida por un chupito de vino u otra bebida alcohólica. Se decía popularmente que ello ayudaba al pelotari entrar en calor, sudar, y conseguir el tono adecuado para mostrar sus virtudes en la cancha.

 
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