Espías, Checoslovaquia y ETA

Cádiz

La vida de Jaime Rocha puede parecer una ficción. Una novela. Una película. Sus diferentes misiones como agente del CESID (hoy CNI) le llevaron a viajar por muchos países y a vivir intensas aventuras. Cuando este capitán de navío se retiró, fue cuando decidió poner negro sobre blanco sus historias. "Todo lo que cuento es real, aunque lo novelo para ocultar algunas cosas que no debo contar", dice de forma intrigante. En Radio Cádiz ha venido a presentar su nuevo libro, El Muro (Doble Identidad), que publica tras el éxito Operación El Dorado Canyon.

Rocha narró en esa primera novela su trabajo en Libia y su labor en torno al dictador Gadafi. En El Muro se traslada a la embajada de Praga en Checoslovaquia. Está a punto de caer el muro de Berlín. Allí tuvo que tratar con el sindicato polaco Solidaridad, con el dramaturgo Hável o el eslovaco Dubcek, que compartirán peripecias con su álter ego literario, Julián Roig.

Además, en este libro el protagonista se desplazará a España para evitar que un contenedor lleno de explosivos pueda ser usado por ETA.

"En estos dos libros hay muchos de verdad. Le damos ritmo de forma novelada. La primera fue un éxito editorial. Tuvimos tres ediciones y está traducida al inglés. Además, estamos en conversaciones para convertirla en película o serie", ha contado Rocha. El escritor cree que El Muro puede ser una continuación perfecta a estas posibles versiones audiovisuales.

"Los espías hemos tenido pudor a contar nuestras historias. Estamos acostumbrados al anonimato, pero creo que tenemos el deber divulgativo que dar a conocer nuestro trabajo", defiende. Rocha reconoce que en esta labor ha estado varias veces en peligro. "Los agentes de inteligencia muchas veces tenemos que trabajar en saber más que lo está pasando, lo que va a pasar". Fue el caso de la interceptación en el puerto de Málaga de un cargamento de explosivos y armas cortas que ETA había comprado en Checoslovaquia.

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Rocha es fundador de la asociación de exagentes de inteligencia en España. "La asociación anima a estos relatos de los que fueron agentes. Son relatos que revisan para que algunas personas y situaciones sean menos reconocibles. Pero todo lo que contamos es verdad".