El cuento como herramienta invisible ante el acoso escolar

Gijón

Desde 2011, cada 2 de mayo, se conmemora el Día internacional contra el acoso escolar. La fecha fue establecida por asociaciones de padres y diversas organizaciones para concienciar sobre los riesgos del acoso escolar y los métodos para evitar la violencia en los centros escolares y para establecer un protocolo de actuación ante casos de este tipo.

En Gijón, este año el Colegio de Educadores Sociales de Asturias ha escogido esta fecha para publicar el cuento 'Martín y los monstruos de plastilina' escrito por Liliana Fernández-Peña e ilustrado por Yolanda Velasco Martín. Tras una primera presentación el pasado viernes 29 de abril tendrá una nueva puesta de largo el 12 de mayo en la Escuela de Comercio de Gijón.

"No es algo vinculado a la infancia, implica a toda la sociedad porque hablamos de los niños que son acosados, pero también hay que hablar de los acosadores" apuntaba en los micrófonos de SER Gijón, la presidenta del colegio, Flor González. Además ha recalcado que "quien se convierte en acosador normalmente lo ha sido acosado antes, también es importante intervenir con los espectadores, con quien permanece pasivo ante esta situación. Nuestro trabajo va dirigido, no solamente a la intervención cuando ya existe el problema, sino que proponemos a las organizaciones y administraciones a que empecemos a educar en la prevención y en la detección precoz de esas situaciones". Para González con esta fórmula trabajada en los primeros años de la infancia "se evitaría que esas situaciones progresen y, sobre todo, se recrudezcan en el futuro porque los comportamientos de acoso y violencia escolar soy muy diferentes en la infancia y la adolescencia".

La autora de 'Martín y los monstruos de plastilina' ha defendido el papel del cuento como momento íntimo compartido entre madres/padres e hijos en los que aprovechar para llegar a los sentimientos y experiencia de los pequeños. La historia de Martín, que confiesa sentirse más cómodo en época de confinamiento porque en casa "nadie se ríe de mí, nadie me insulta" sirve como "herramienta invisible", como espejo en que los niños potencialmente acosados, acosadores o testigos, puedan sentirse reflejados.

Las bases a la hora de construir este cuento han sido, según Liliana Fernández-Peña, "mostrar el padecimiento, la necesaria intervención y la búsqueda de apoyo" que Martín encontrará en su mamá, tras las largas horas de convivencia en época de pandemia y confinamiento, palabras que aprende en esta época extraña. "Hoy en día el acoso se ha trasladado a las redes sociales", ha reflexionado Fernández-Peña. "La exclusión en medio del aislamiento puede provocar un malestar aún mayor", ha concluido.

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