Edmundo Bal, tras desaparecer Ciudadanos de la Asamblea: "El Gobierno de Madrid será peor sin nosotros"
Ciudadanos vuelve a estrellarse en unas elecciones, aunque defiende que volverá a presentarse
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Madrid
Ciudadanos desaparece de la Asamblea de Madrid. En menos de dos meses, el partido naranja se ha volatilizado en la Comunidad. Ignacio Aguado era el vicepresidente del Ejecutivo madrileño, su partido controlaba seis consejerías contando la del propio Aguado, hasta que el 10 de marzo Isabel Díaz Ayuso decidió convocar elecciones. Ciudadanos recalcó entonces la gran "traición" que suponía aquella decisión de su socia, la acusó de poner su propio interés por delante del de los madrileños al convocar elecciones en plena pandemia, fue a la campaña electoral anunciando que quería reeditar el pacto con el PP y el PP lo ha fagocitado.
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En 2019, Ignacio Aguado obtuvo 26 escaños, se convirtió en la tercera fuerza política de Madrid. Pactó un Gobierno de coalición con Ayuso que nunca fue sencillo, repleto de encontronazos y luchas internas que traspasaron enseguida las paredes del Consejo de Gobierno. El paradigma de sus diferencias fue la salida del consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, quien llegó a advertir de la posible comisión de un delito a Ruiz Escudero, del PP y consejero de Sanidad, por el protocolo de las residencias que impedía derivar ancianos a los hospitales. El enfrentamiento entre ambos se hizo público y Reyero acabó abandonando el Gobierno. Las tensiones se fueron acumulando y en Madrid se empezó a barruntar, muchas semanas antes de que se confirmara, un adelanto electoral ante la percepción de que Ayuso podría salir beneficiada.
El adelanto llegó tras la moción de censura que PSOE y Ciudadanos impulsaron en Murcia aduciendo una red clientelar y corrupta en la región. Ayuso se agarró a esa moción para asegurar que su Ejecutivo peligraba y todo saltó por los aires. Ciudadanos protestó con fuerza, llegó a suplicar a Ayuso que diera marcha atrás y hasta trató de bloquear el proceso uniéndose a la izquierda en la Asamblea para aceptar una de las mociones de censura de PSOE y Más Madrid. Nada sirvió.
Para las nuevas elecciones, Ciudadanos decidió cambiar de candidato y apartar a Aguado. En su lugar colocó a Edmundo Bal, en un intento por tratar de dar la vuelta a las encuestas, cuyo fatídico resultado ha acabado por confirmarse. El abogado del Estado planteó una campaña en la que reivindicó el legado de su partido en el Gobierno, pero a la vez había apartado a todos sus consejeros y al propio Aguado de la lista; se reclamó como la fuerza de centro, pero al mismo tiempo dejó claro que quería volver a gobernar con Ayuso por encima de todo. Jugar a centrar a Ayuso es una apuesta casi imposible, Bal "está en una situación complicada y llega a un barco que se está hundiendo", insistían, preguntados por la SER en las vísperas de las elecciones, varios analistas.
Ha demostrado no ser un partido de centro por su incapacidad para alcanzar acuerdos fuera del bloque de la derecha, indicaba el doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid, José Rama. El abogado Bal se enfrentó a Messi con la toga puesta por un escándalo de impago de impuestos y ganó; se enfrentó al PP con la toga puesta cuando este estaba en el Gobierno por la trama Gürtel y ganó (poniendo en valor su independencia). Pero el antiguo bipartidismo ha acabado con él. Por los socialistas, dejó la abogacía del Estado, presionado; por el PP de Ayuso ha sido devorado. Y pese a ello, su partido, ya no pudo ni quiso vender su capacidad para ser bisagra.
El sorpasso que se convirtió en condena: no han dejado de caer desde las segundas generales de 2019
Albert Rivera saltó de la política catalana a la española con la ambición de alcanzar el Gobierno. Cambió para ello varias veces de dirección y, finalmente, se encuadró en el llamado 'tripartito de Colón' y lanzó la carrera por convertirse en el partido hegemónico de la derecha. Acudió con esa estrategia, la de absorber al PP, a las elecciones de noviembre de 2019, una repetición electoral. Aquella fue su primera debacle histórica. Rivera perdió 47 escaños en siete meses, presentó su dimisión y el partido inició una deriva de derrotas imparable.
Apostaron entonces por el liderazgo de Inés Arrimadas, pero Ciudadanos siguió apoyando férreamente a los gobiernos autonómicos del PP. En las elecciones catalanas de febrero, protagonizó otro desastre. Dilapidó su histórica victoria de 2017 al perder 30 escaños y pasar a ser una fuerza testimonial en la comunidad en la que nació, creció y se hizo fuerte. Su simbólica derrota en Cataluña no fue la última. Madrid sella su caída en picado desde que Rivera intentó ser el jefe de la derecha y desde ahí presidir el gobierno. El PP avanza en la absorción naranja. Mientras, algunas informaciones apuntan al fichaje de Rivera por el Partido Popular.
Edmundo Bal: "Hemos hecho lo que teníamos que hacer"
Ciudadanos ha confirmado los malos presagios que adelantaban para ellos las encuestas al quedarse sin representación en la Asamblea de Madrid. Los naranjas pasan de formar parte del Gobierno de Madrid a desaparecer, pero siguen convencidos de haber hecho lo correcto. "Sabemos que hemos hecho lo que teníamos que hacer, lo que nos pedía la gente", ha asegurado en su comparecencia tras conocer los resultados este martes el candidato Edmundo Bal.
"Tenemos un mérito enorme, así que tened la cabeza muy alta porque mañana vamos a seguir trabajando por este proyecto", ha insistido Bal, que promete que su partido seguirá trabajando y volverá a presentarse a los comicios madrilleños dentro de dos años. "Allí encontrarán a Ciudadanos más vivo que nunca, otra vez con convivencia, concordia" y asegura que, frente a otros, "no caeremos en la polarización ni en los insultos."
El abogado del Estado, diputado en el Congreso y candidato naranja ha lamentado que les hayan "robado los debates". Allí, en el Congreso de los Diputados, en las comunidades autónomas en que mantienen representación y en los municipios "lo vamos a seguir dando todo" y sobre todo en la calle, ha incidido. "No va a haber un moderado de centro, nadie que crea en este proyecto que se vaya a sentir solo. "El gobierno de Madrid va a ser peor sin nosotros", ha concluido desde la sede de su partido en la capital. Ciudadanos, sigue defendiendo Bal, continuará "haciendo propuestas y con un debate político serio, maduro."