Quemar, quemar y quemar

Valencia

Lo de celebrar las Fallas en julio se está convirtiendo casi en una obsesión entre las comisiones falleras. Una obsesión que, saliendo como estamos de una pandemia, podría parecer irresponsable. Pero no lo es. Y no lo es porque las comisiones fueron las primeras que entendieron que las celebraciones debían esperar hasta que se normalizara la situación.

Pero la normalización está siendo más lenta de lo previsto y las comisiones necesitan despejar algunas incógnitas. La más importante: qué hacer con los monumentos de 2020. Urge quemarlos, como sea, donde sea, cuando sea, pero urge quemarlos, para poder dar carpetazo a un ejercicio y poder planificar los venideros. Esa es la verdadera obsesión, la de dar salida a todas esas fallas indultadas temporalmente del fuego. Las verbenas, los pasacalles, la pirotecnia son ya secundarias.