Cáritas atendió a 326 reclusos a pesar de las restricciones de la pandemia
La Pastoral Penitenciaria y Cáritas Burgos creen que el riesgo de contagios en la prisión supone un doble encarcelamiento
Burgos
Cáritas Burgos y la Pastoral Penitenciaria atendieron y acompañaron a 326 reclusos en 2020 a pesar de los 5 meses de cierre para entrar o salir de la prisión por la pandemia. Del todos ellos, 258 participaron en talleres dentro de la cárcel, 38 lo hicieron en las llamadas salidas terapéuticas y 16 pudieron disfrutar, una vez levantadas las restricciones más severas a la movilidad, de permisos penitenciarios en la vivienda de Cáritas Burgos.
El perfil de los atendidos es similar al de otros años: el 98% son hombres -en Burgos no hay módulo de mujeres-, y el 74% españoles. Además del personal técnico y de capellanía, en estos proyectos intervienen 24 voluntarios.
Cáritas Burgos acompaña a más de 300 presos a pesar de las restricciones de la pandemia
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Las restricciones provocaron la suspensión de permisos, las visitas y la entrada de los voluntarios para desarrollar distintos programas terapeúticos con los internos, a los que sí se permitió mayor acceso a la comunicación telefónica o las videollamadas. Para los reclusos ha sido, como para todos, un año muy difícil, explica David Alonso, responsable del programa 'Volver a Empezar' de Cáritas.
Los programas de Cáritas y la Pastoral Penitenciaria en la prisión de Burgos incluyen talleres de escucha y asesoramiento jurídico, habilidades sociales, salidas terapeúticas, trabajos diversos, formación en valores y, en definitiva, una labor de acompañamiento con los internos, con los que acaban su condena y con sus familias en un proceso largo para intentar su reinserción social.
El responsable de Cáritas subraya la soledad, el aislamiento, la falta de autoestima, que sufre la población reclusa que, en su mayoría no son asesinos ni violadores, sino personas marginadas abocadas a cometer un delito que merecen una oportunidad, aunque la sociedad les adjudica un estigma difícl de vencer.
Tanto Cáritas Burgos como la Pastoral Penitenciaria han expuesto algunas peticiones para mejorar la atención a las personas privadas de libertad y a sus familias: una apuesta por las medidas alternativas, como trabajos en beneficio de la comunidad, poner en marcha procesos de justicia restaurativa, permitir a los extranjeros indocumentados salir para trabajar y una mayor dotación de recursos para la atención psicológica y psiquiátrica de los presos.