Sociedad

Microbiota y autismo

Un estudio de la Universidad de Alicante analiza la microbiota intestinal de los niños con autismo a nivel mundial

Valencia

Un estudio de más de tres años de duración analiza la microbiota intestinal de los niños con autismo a nivel mundial. Tras varios años recabando datos de todos los estudios publicados hasta la fecha, los investigadores participantes han publicado el estudio de metaanálisis sobre la repercusión de la gut microbiota en el autismo. Las conclusiones sugieren que la bacteria Bifidobacterium presenta niveles significativamente bajos en el autismo respecto a los niños sanos. Estos datos tienen implicaciones importantes para el desarrollo de probióticos en el autismo. 

El resultado es fruto de la colaboración interdisciplinar entre los científicos de la Universidad de Alicante, María Rubio-Aparicio, Alejandro Veas y Agustín Ernesto Martínez-González, este último, investigador principal del proyecto y director del Grupo de Investigación Integral en el Neurodesarrollo Típico y Atípico (GINTA) del Departamento de Psicología Evolutiva y Didáctica de la UA; y los investigadores de la Universidad de Murcia, Pedro Andreo-Martínez, Julio Sánchez-Meca.

Autismo y microbiota intestinal

El Trastorno del Espectro Autista o TEA es un trastorno del neurodesarrollo caracterizado por dos síntomas principales: las deficiencias en la interacción social y los patrones repetitivos de comportamiento. Estudios recientes han señalado que los síntomas gastrointestinales están presentes en el autismo (Martínez-González y Andreo-Martínez, 2019). Así, los síntomas gastrointestinales son comórbidos con el TEA. Por lo tanto, la sospecha de que existen alteraciones en la composición microbiana o disbiosis de la microbiota intestinal en el autismo es cada día más fundada. De hecho, algunos estudios sugieren que dicha alteración podría ser un factor que contribuya a la aparición de síntomas del TEA.

Tal y como explica el investigador de la UA Martínez-González, “en este estudio se evidencia que hay una bacteria, el Bifidobaterium, que está asociada a la disminución de los niveles de ansiedad (dopamina y adrenalina), siendo una de las primeras bacterias en colonizar el intestino de los recién nacidos. Muchos géneros de Bifidobacterium se han asociado con una variedad de beneficios para la salud. Así, una desorganización en la flora intestinal (disbiosis) de la Bifidobacterium podría influir en el neurodesarrollo infantil”.

En el desarrollo de probióticos para el autismo deberían considerarse estos resultados, dado que en la actualidad se diseñan probióticos muy poco específicos que se aplican de igual forma a una persona con depresión, ansiedad o TEA, afirman los expertos. Este es un campo de estudio muy reciente y en la actualidad apenas existen estudios donde equipos interdisciplinares puedan explicar de forma clara la posible relación entre los síntomas del autismo, sus síntomas emocionales, neurofisiológicos y, por su puesto, su composición microbiana.

Un aspecto que no indica que ocurre algo en el niño con TEA es la observación de la severidad de su conducta repetitiva, la cual podemos medir incluso de forma gratuita gracias a la App Coreat. 

Elena Morales Oliva

Elena Morales Oliva

Dirige A vivir que son dos días Comunitat Valenciana. Entró en la Cadena SER en 1998. Licenciada en...

 
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