A vueltas con la libertad

Palencia

Hoy el cuerpo me pide volver al diccionario para recuperar el significado de una palabra que, lleva de aquí para allá, danzando de boca en boca, durante los últimos meses, y que, en muchos casos, se está utilizando de una forma excesivamente gratuita, al menos, a mi juicio.

La palabra a la que me refiero es libertad y es probablemente una de las más hermosas que existen.

Libertad, según la Real Academia de la Lengua, es "la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra". Recupero otra acepción más: libertad "en los sistemas democráticos es el derecho de valor superior que asegura la libre determinación de las personas".

Libertad. Cuánto ha costado en muchos sitios y en muchas ocasiones conseguirla y qué rápido somos capaces de olvidar su auténtico significado, pisotearlo, desvirtuarlo, hacerlo pequeño cuando es tan grande.

Deberíamos no olvidar que vivimos en sociedad y eso hace imprescindible entender que nuestra libertad acaba donde empieza la del resto... que debemos hacer un uso y nunca un abuso de la libertad cuando nuestros actos tienen una repercusión directa y un claro impacto negativo en los demás.

A vueltas con la libertad, decía Gandhi algo que me viene ahora a la cabeza "la causa de la libertad, dijo, se convierte en una burla si el precio a pagar es la destrucción de quiénes deberían disfrutarla".

Llevo tres días escuchando hablar de la responsabilidad individual. Llevo tres días escuchando cómo desde todas partes se apela a que seamos sensatos y no fastidiemos en unos días lo que tantos meses nos ha costado conseguir. Que no seamos tan inconscientes como para jugarnos esa luz al final del túnel que ya empezamos a intuir y que casi rozamos con los dedos de las manos pero que puede alejarse una vez más si provocamos una nueva ola.

Sí, hoy también quiero sumar mi voz para recordar que el final del estado de alarma no significa el final del virus. Sumar mi voz para recordar que bajar la guardia es una mala idea que hará que de nuevo se llenen las camas de los hospitales y para que más personas, personas que también tienen su libertad, se vayan sin ni siquiera el calor de la despedida de sus familias.

Esto va de algo más que libertad, va de vidas y de muertes. Va de gente que se está dejando la piel para cuidarnos.

Si no entendemos esto no entendemos la palabra libertad.

Dejen de hacer estupideces por favor... que en este barco vamos todos y estamos cansados de remar y remar mientras algunas personas solo hacen agujeros en la barca.

Y dejen de tocarme más la libertad, por favor, que me irrito.